THE PRINCES BRAIN [ Saga MÉDICOS parte 1]

capitulo 8

Vanessa

Turquía es una país impresionante. Desde el avión la doctora ya la anotaba en su lista mental.

Vanessa miró por la ventanilla del avión, las nubes forman extrañas figuras y la ciudad se van pequeña  como un rompecabezas. El edificio más alto de Estambul sorda con las nubes y luce sóliado desde las alturas.

Se acomodó de nuevo en el asiento al escuchar las indicaciones de la azafata. Dió un último sorbo a su copa de whisky y se abrochó el cinturón de seguridad.

— Aiden estoy tan emocionada de estar aquí  —  Aiden se encuentra en el asiento de al lado, sus manos temblaban a causa de la turbulencia del avión  — No te preocupes el aterrizaje será mucho más rápido de lo que imaginas —

— Solo un avión estrellado aterriza muy rápido — la miró aterrorizado. — Odio los aviones, odio viajar y todo gracias a las películas que me he visto obligado a ver contigo, gracias amiga.

Dejo de mirarlo, su amigo era un caso perdido. Además ella tiene  muchas cosas en las que pensar. Todo el asunto del principe se ha manejado  tan rápido que no supo que hacer. Desde que el príncipe llego al hospital todos sus planes se dispusieron para ayudar a la monarquía inglesa y sus principios de cero tolerancia con la realeza quedaron pisoteados.

El avión se detuvo en tierra firme con una fuerte sacudida. Se quitaron los cinturones para tomar sus cosas, pero el tumulto de personas con ganas de bajar hicieron que Aiden se perdiera entre ellos. Cuando por fin la doctora pudo ponerse en pie, se colgó su portafolio y arreglo su cabello dispuesta a salir. El mismo hospital le ha ofrecido el avión privado pero ella cree que nunca será un viaje tan divertido como uno comercial.

Choco con alguien al pasar, se acomodó  las gafas y le antoja la mirada  para buscar a la personas que había tirado sus cosas. El piloto del avión tiene una sonrisa pícara, se quita la boina y se inclina para ayudarla.

— Lo siento mucho, señorita —

— No tienes que disculparte, la culpa fue mía —  dijo sincera. El le tendió el portafolio y la detuvo de nuevo. 

— Puedo aceptar sus disculpas con la condición de qué me de su número y tendrá que aceptarme una cita, señorita —

«Ya sabía que esto sería divertido» pensó.

— Será un placer — con una bolígrafo  escribio su número en una tarjeta y la guardo seductoramente en el bolsillo del traje del piloto — Puedes llamarme cuando quieras —

Aiden la esperaba con las maletas a la salida del aeropuerto. Sonrió al verla segura de su misma, sus tacones llamaban la atención y la hacían ver cómo una mujer intocable. Pero no es así, Vanessa se refugió en los brazos de su amigo, sin querer soltarlo.

Dos doctores condenados caminando a la horca. No pueden decir nada, a ambos les  duele separarse y más a ella,  al saber que fue la razón por  la cual enviaron a su amigo tan lejos. No podían hacer nada ante los deseos del principe.

— ¡Aiden... lo siento mucho! Creo que ya te lo he dicho cientos de veces y quizá estás enfadado de oírme, tienes que entender qué no lo sabía y dentro de mi aún tengo la duda de llamar a la ONU y lograr que no nos separen — le dijo aferrándose a el como una niña pequeña perdida dentro de un laberinto. —No quiero que nos separemos —

— Lo se Vanessa, me siento tan nervioso de hacer esto solo cómo no tienes idea, nunca lograrás enfadarme, eres mi amiga y conozco tu interior. Se que si estuviera en tus manos harías cualquier cosa, pero las cosas no salieron como nosotros pensamos y ahora tendremos que usar el plan B — Aiden tomó la cara de su amiga entre sus manos. Le sonrió. — Te aseguro que tú te vas a divertir mucho, conocerás cosas y personas que jamás te imaginaste, espero que este viaje con él príncipe cambie tu idea sobre la realeza y por fin los mires más como simples humanos, te llamaré o tú me llamaras todas las noches y nos contaremos nuestras anécdotas del día, ¡Estaré esperando una llamada! —