Vanessa
Vanessa no es una mujer a la cual le gusta abrazar niños, es una doctora no una mujer preparada, por eso cree que sus brazos no están hechos para cuidar de esos cuerpos tan pequeños y frágiles. Se siente nerviosa cuando su amiga Barbara le entrega a su pequeña hija.
Intento pasearla de un lado a otro pero su corto vestido y sus tacones no ayudan en nada. Aquella niña es un pequeño demonio, espera que su bebé no sea así.
— Espero que puedas acostumbrarte pronto a los niños. Parece que mi hija se te caerá de los brazos — dice burlona Barbara y llega para llevarse a su hija.
¡Por fin!
— No lo creo posible, pero tendré un bebé así que aunque no me guste tendré que abrazarlo mucho — contestó gustosa de su buena suerte. — Me gusta imaginarme cómo será su pequeño rostro, si su piel será blanca como la mía o piel dorada como Alexander —
— Me gustan los ojos del principe — Barbara dejo a su hija en el área de juego y ambas caminaron por el centro comercial — Son de un azul muy hipnotizador. Siempre he creído que entre más pasional sea el encuentro más bonitos son los bebés ¿Como han sido los tuyos? —
El rostro de Vanessa se puso rojo como una fresa, no acostumbra a hablar sobre su vida sexual y menos con su amiga; ¿Que podría decirle? que los últimos días ha estado usando sexualmente al príncipe, que Alexander es dominante en la cama o que a ella le encanta tener sexo.
— Pues.. son buenos — se mordió el labio — ¿A quien quiero mentir? Es un jodido dios en la cama, me hace sentir cosas que ningún hombre había hecho, no debería de contarte estás cosas pero por eso creo que mi bebé será muy bello. —
Vanessa entro a la primera tienda para bebés que su vista pudo encontrar. Había venido al centro comercial buscando un par de zapatillas nuevas, pero ahora como mamá primeriza se dejó llevar por las cientos de cosas que se pueden comprar para un bebé. No podía parar de comprar.
— Luces igual que yo hace unos años. Quería todo para mí hija, ven te ayudaré a buscar ropa para tu bebé —
Barbara la tomó de la mano y recorrieron los pasillos. Antes no entendía la obsesión de las madres por comprar cosas para sus hijos, ahora quiere llevarse toda la tienda, desde los pequeños pantalonsitos rosas hasta el suéter azul. Tenía tantas prendas de bebé entre los brazos que Barbara tuvo que ayudarla.
— ¡Por dios mujer, deja qué el padre compre algo! — Barbara sonrió al ver a su amiga cómo una loca de las compras, esa mujer que solo pensaba en ganar dinero, más dinero y hombres, ahora parece toda una loca por gastar su dinero en ropa de bebé. — Es un príncipe podría comprar todo el centro comercial si se lo pidieras pero eres demasiado feminista como para hacerlo —
— Dejaré que Alexander me sorprenda con un regalo para el bebé. Claro, si logra entrar a una tienda de bebés — ambas rieron — Oh Dios creó que mi bebé necesita esto ¿Te gusta? —
Vanessa tomo un pequeño osito de peluche de color blanco, es suave, perfecto para su bebé.
¡Será un consentido de mama!
— Es precioso. Pero si compras toda la tienda, me dejaras sin regalos para tu bebé —
Vanessa pagó la costosa cuenta y salieron de la tienda para ir por la hija de su amiga.
— Hablando de regalos, necesito comprar uno para Aiden hoy es su cumpleaños y siempre hace una cena, esta ves no ha mencionado nada. ¿Tú sabes algo? — preguntó Vanessa.
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THE PRINCES BRAIN [ Saga MÉDICOS parte 1]
Teen FictionVanessa es una reconocida doctora, es feminista y liberal, eso cree hasta que a su consultorio llega un paciente muy peculiar, como por ejemplo el futuro rey de Inglaterra. The Prince Brain, saga médicos Libro 1 No se aceptan ningún tipo de adapt...