Alexander
Había una vez...
Un príncipe que creía que estar en un quirófano podía ser lo fácil del mundo. Lo más cercano que Alexander estuvo de ver sangre fué cuando él mismo se había peleado durante su internado en la adolescencia, ni siquiera las series de Netflix o el hecho de que estuviera un tiempo en el ejército lo prepararon para algo tan grotesco y realista.
— No quiero que te desmayes en mi quirófano —
Fin de la historia.
Levantó la mirada para ver esos curiosos ojos que lo miran atraves de unas grandes gafas de cirujano. Vanessa cumplió con el trato que ambos habíamos acordado y unos días después, esta aquí, sentado en medio de un quirófano contemplando a las enfermeras pasar de un lado a otro buscando los instrumentos que Vanessa les pide y, a está, usurpar el cerebro de una persona.
¡Por la reina! Ni siquiera sus guardaespaldas quisieron entrar, están esperando detrás de las puertas de metal.
— No me veras caer tan bajo querida — contestó con una sonrisa oculta por el cubrebocas. De nuevo miró una chispa de burla en sus ojos, ella esperaba verlo caer desmayado en medio de esta fría sala, se equivoca rotundamente, está en frente del futuro rey de Inglaterra, no con cualquier persona.
El sonido de las máquinas y el olor a sangre fresca sólo hacen más realista este lugar. El cabello de Vanessa está cubierto por un gorro, su cara está oculta bajo un cubrebocas, su cuerpo latino escondido debajo de esas telas manchadas de sangre, sus manos guardadas por esos guantes que se mueven sobre la cabeza del paciente, sin lugar a dudas esas extrañas gafas que utilizan los neurocirujanos la hacen ver como un ser extraño; nadie podría reconocerla, incluso le cuesta pensar que ella es esa chica ardiente que gusta mostrar sus piernas y adora hacer sonar sus tacones para llamar la atención.
Cuando la reina supo que vendría al hospital creyó que era para hacer un evento de la realeza, cuando supo la verdad, dijo que jamás tenía que olvidar quien era y cuáles eran sus deberes, por lo tanto no debería rodarse de simples mundanos. La reina jamás sabrá que la abuela de Vanessa lo obliga a ver telenovelas y que siempre trata de hablarle en español, ni siquiera puede tocar la pierna de Vanessa por que su abuela está vigilandolos.
Vanessa se alejó del paciente unos pasos atrás y con sus manos levantas salió del quirófano. Cuando entró a la misma sala que ella, se quitó el cubrebocas y miró como las enfermeras la ayudaban a quitarse la ropa con sangre, después dejó caer su rubio cabello al quitarse el gorro y se giró para verlo.
— Acabó de perder 500 dólares — dice con fastidio en el voz.
— ¿Porque? ¿Acaso yo soy parte de esa apuesta? — preguntó con una sonrisa de lado. Es conciente que Vanessa nota el efecto que su presencia tiene sobre las enfermeras, que lo miran coquetas al pasar de un lado a otro de la sala y mueven sus caderas al limpiar los instrumentos que se usaron en la cirugía.
— Supongo que sí — habla con voz temblorosa — Pensé que tú... —
— Me desmayaría al ver la sangre, que poca fe tienes en mi querida — se acercó y puse las manos sobre sus hombros — Los príncipes no podemos hacer el ridículo y mucho menos en un hospital —
Vanessa mostró una amplia sonrisa, pensando maliciosamente.
— Antes me gustaba traer a los chicos a ver mis cirugías. Si soportaban toda la operación, entonces... — río por lo bajo, recordando una mala experiencia — Saldría con ellos en una cita, pero todos terminaban mal del estómago, creí que te sucedería lo mismo —
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THE PRINCES BRAIN [ Saga MÉDICOS parte 1]
Teen FictionVanessa es una reconocida doctora, es feminista y liberal, eso cree hasta que a su consultorio llega un paciente muy peculiar, como por ejemplo el futuro rey de Inglaterra. The Prince Brain, saga médicos Libro 1 No se aceptan ningún tipo de adapt...