Que antes de intentar salvar a alguien te salves a ti. Que lo bueno lo empieces contigo. Un nuevo día para agradecer, para sentirse afortunado por despertar. Levántate, abrázate un poquito, sonríe frente al espejo y recuerda que ya te has sentido así antes y que nada dura para siempre. Que pronto pasará. Y continúa. Es domingo y te deseo que sueltes el miedo y te atrevas a saltar. No tienes tanto tiempo o quizás si, pero también tienes alas. Aprovéchalas.