Nos han hecho mierda, nos han mutilado los genitales, nos han tratado como propiedad de padres y esposos, nos mataron por brujas, por putas, por querer estudiar, por querer trabajar, por querer votar, por querer ganar lo mismo, por querer usar anticonceptivos, por disfrutar el sexo, por negarnos a las violaciones y cuando reclamamos. El feminismo es el problema.
Es difícil ser mujer en América latina. Vivimos en una región donde la base de su cultura (que sigue siendo machista) es protagonista de una infinidad de injusticias al rededor del tema de la igualdad. Roles sociales que determinan lo que podemos o no podemos hacer con base a nuestro sexo. Romper este paradigma a dado un resultado vergonzoso: en Latinoamérica se matan o agreden más mujeres que en el resto del mundo según cifras de ONU MUJERES: 14 de los 25 países del mundo con las tasas más elevadas de feminicidios está en América latina y Caribe y 1 de cada 3 mujeres de 15 años han sufrido violencia sexual, según estimaciones de la agencia de Naciones Unidas ¿la razón? Solo el hecho de ser mujer.
{Se nos enseñó a cubrirnos de los niños y no le enseñaron a los niños que las niñas se respetan y que no se viola ni sus derechos ni sus cuerpos; nos entrenaron con juguetes a cuidar solas a los muñecos, a cocinar y a mantener la casa limpia, a pintarnos lindas para los esposos porque por ser mujer nos corresponde y NO, sutilmente nos han trabajado la mente y nos han hecho sentir culpables de ser mujeres independientes; nos formaron para gustarle a los hombres y no a nosotras mismas; han justificado hombres y mujeres el machismo con nuestra forma de vestir, con que si hemos tomado de más o si respondemos con palabras que nos han quitado el derecho propio de mencionar; nos han querido formar como objetos para la casa y nos quisieron quitar nuestra libertad; y hemos callado no por las consecuencias a denunciar, sino porque nos hicieron sentir que merecíamos el maltrato; nos acosan y nos tratan como animales cuando nos ven solas por las calles y no se preguntan cómo se sentirían ellos en tal situación; ahora les molesta que paguemos nuestras cuentas, que alcemos la voz, que seamos verdaderas mujeres.}