Capítulo 20

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Ambos chicos se dirigieron al antro más cercano y entraron, había un ambiente vehemente, se dirigieron a la barra sin saber qué más hacer. El hombre que servía las bebidas se les acercó a ambos y pidió sus órdenes.

-¿Qué puedo serviros esta noche? –Preguntó amablemente, a pesar del ambiente del antro, con la voz un poco elevada para que pudiesen escucharlo.

-Yo quiero sólo quiero un tinto de verano, por favor –Pidió Alex.

-Frank, mi amigo –Solicitó Frank.

Al recibir los tragos, los dos les dieron un primer sorbo. El ardor del alcohol bajó por sus gargantas y se esfumó. Frank fue el primero en terminar, entre la conversa y la música Alex tardó más en beber su vaso, pero los dos continuaron bebiendo tragos cada vez más fuertes. Cuando ya divagaban entre la consciencia y la borrachera, una guapa chica se sentó junto a Frank. Llevaba un vestido rojo corto y algo ajustado, tenía el cabello castaño claro con un flequillo cayendo sobre su frente. Otro de los hombres que servían las bebidas se le acercó y pidió su orden.

-Un Manhattan –Solicitó y al poco rato el barman le entregó una copa triangular con un líquido color café rojizo. Ella de inmediato notó la presencia de Frank a su lado- ¿Vienes por aquí muy seguido?

-Eh... -Frank se puso nervioso, e intentó ocultar su ebriedad- no, en realidad no.

-Ya me parecía... mi nombre es Claudia –Sonrió coqueta.

-Francisco –Sonrió de vuelta.

-¿Qué bebes Frank? –Preguntó acercándose a él.

-Ni idea, ya no sé ni lo que digo –La chica soltó una pequeña risa.

-Prueba esto, guapo –Le extendió su copa con una sonrisa y pasó su mano por el hombro de Frank hasta acariciar y jugar con su cabello. Frank lo pensó un segundo e iba a tomar la copa pero ella se la alejó-, no me refería al trago, lindo –Dijo acercándose al rostro de Frank.

-¡Hey, hey! –Detuvo Alejandro a la joven- Hasta que la muerte los separe –Dijo tomando la mano de Frank y alejándolo de la confundida muchacha.

Frank se sorprendió por la actitud del menor y mientras lo llevaba a otro lado del antro rió. A los dos les costaba ya caminar un poco y chocaban con varias personas en el acoplado lugar.

-¿Qué fue eso pequeño? –Lo tomó de la cintura y lo acercó a su cuerpo una vez se detuvo.

-Se suponía que me tenías que besar a mí, no a ella –Contestó sonriendo, a pesar de sus celos, y poniendo sus brazos alrededor del cuello de Frank.

-¿Y bien? ¿Qué esperas?

-No, la verdad la cagaste –Continuaba sonriendo-, tendrás que hacerlo tú, pero no será tan fácil, cariño.

Frank sonrió seductor e intentó rápidamente besar al chico pero este le esquivó, moviendo la cabeza, logrando que Frank besara su mejilla. Alex lo miró entre molesto y divertido, Frank rió.

-Iré a buscar otro trago –Informó Frank soltando al menor.

-¡No! –Agarró su brazo, deteniéndolo- Yo iré, no quiero que te acerques a esa guarra.

Frank rió y dejó que el menor fuese a por las bebidas y por fin perder lo que le quedaba de cordura a ambos. Pasaban las horas de madrugada y decidieron volver a la casa, su borrachera les complicaba la noción pero se apoyaban en el otro para mantener el equilibrio. Al llegar Frank no pudo evitar comenzar a besar apasionadamente al menor.

Síndrome de Cotard | StaxxbyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora