Así como se dijo, fue una extensa tarde; Samuel se enteró de que ya se había visto con Frank cuando este chocó con el poste de luz; Guillermo se enteró de que Frank chocó con un poste de luz el día en que salió del hospital; Samuel se enteró de que Willy había estado en el hospital; y Frank se enteró de que Guillermo tiene el apodo de "Willy". Entre tanto alboroto que Alex ya conocía, se quedó dormido, y nadie se dio cuenta hasta que Frank volteó a verlo.
-Vaya... creo que le dio sueño... -Comentó mirándolo con ternura- Chicos creo que es mejor que vaya a dejar a Alex a su casa.
-¿En qué momento se durmió? –Preguntó Samuel.
-Eso no importa... Alex –Habló con suavidad moviendo su hombro para despertarlo- Alex vamos...
-¿Qué pasó...? –Miró con pereza a su novio, acomodándose en el sofá- ¿Qué hora es...?
-Es hora de que te vaya a dejar a tu casa, pequeño, ven, vámonos.
El menor se puso de pie y comenzó a despedirse de sus amigos, para luego irse caminando por la puerta junto a su novio.
Una vez en casa, el menor entró tallándose un ojo, tenía mucho sueño. Frank lo llevó a su habitación. Con tranquilidad, esperó que se pusiese su pijama y se acostó en la cama. Alex ya estaba acostado, Frank se sentó en el borde de la cama y se inclinó para besar a su novio.
-Quédate aquí –Pidió entre besos-, duerme conmigo esta noche.
-No puedo pequeño, no tengo qué ponerme.
-Da igual, pero quédate aquí.
-Bien –Rió un poco.
Alex lo observó atentamente, lo observó mientras se quitaba su playera y sus pantalones, quedando únicamente en ropa interior, se acostó junto a Alex y se acomodó, al mismo tiempo que el menor se acomodaba en su pecho para dormir.
Una vez más...
Qué extraño... Pensó Alejandro.
Una vez más, Alejandro yacía en la colina sentado mirando al horizonte, sin hacer nada, ni explicación alguna. Decidió quedarse quieto, esperando que algo ocurriese.
Tal vez vendría Eva... o tal vez Frank... o algo.
Alex no sabía qué esperar, el tiempo pasaba y no sucedía absolutamente nada. Se puso de pie, en busca de algo, cualquier cosa, lo que sea... pero algo...
Fue cuando vio sus manos...
Envueltas en sangre seca, podridas, cuajadas de cortes y heridas. Comenzó a subir su vista aterrado, veía la piel de sus brazos abierta. Sus manos comenzaron a temblar.
¿Qué está ocurriendo...?
-Alex... -Escuchó una voz femenina con eco.
Alex volteo pero no vio nada ni nadie.
-Alex... -Ahora era una voz masculina con eco.
Pero nada que produjera ese sonido,
-Alex... ¡Alex! ¡Alex! –Comenzaron a llamarlo ambas voces cada vez más desesperados.
Se cubrió las orejas pero eso no sirvió de nada, las voces estaban en su cabeza. Estaba asustado, sin quitar sus manos de sus oídos comenzó a correr y a bajar la pendiente de la colina, escapando de las voces que lo atormentaba.
La colina se hacía cada vez más empinada. Alex se dio cuenta que si seguía corriendo luego le sería muy difícil detenerse. Quiso frenar, pero ya se le hacía difícil, sus zapatillas sonaban fuerte contra el suelo. Fue cuando vio el final de la colina, pudo frenar a tiempo, puesto que la colina terminaba en una larga caída, un abismo que terminaba en un acaudalado río.
-¡Lánzate! –Gritó una voz.
Alex sintió como algo lo empujó desde sus espaldas, haciéndolo caer al acantilado. Era tan real su sueño que no despertó ahí, ni siquiera cuando cayó en el río.
Como pudo, comenzó a nadar hasta la orilla, le dolía todo, le ardían sus manos, sus brazos, su cara... todo su cuerpo le ardía. Llegó a la orilla y con las pocas fuerzas que le quedaban se aferró a una piedra y se arrastró en la tierra, pero no pudo subir del todo, su pie estaba enganchado en algo.
Volteó y vio una mano negra salir del agua, una mano que parecía empapada en petróleo y que, apenas Alex la vio, soltó su pierna y comenzó a hundirse lentamente en el agua.
Alex se acercó al agua para intentar ver lo que aquello era, pero no vio nada, sólo un reflejo... uno demacrado...
Ojos blancos con enormes ojeras negras, piel totalmente cubierta en sangre, colgando en algunos sitios, como en sus mejillas, mostrando sus dientes. Las voces comenzaron a reír cada vez más fuerte.
Alex gritó, aterrado, al notar que era él.
Fue cuando volvió a despertar con un dolor.
ESTÁS LEYENDO
Síndrome de Cotard | Staxxby
FanfictionEl síndrome de Cotard es un raro trastorno que hace creer al padecido que está muerto, se acompaña usualmente de alucinaciones de todo tipo, y en ocasiones arriesgar la vida sin saberlo. El padecido piensa que es un alma en vela vagando en el mundo...