Capítulo 30

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-Frank –Llamó Guillermo.

-Dime.

-¿Qué le sucede a Alex? Lo veo melancólico.

-Esta mañana una señora nos reclamó por estarnos besando en público, ella iba con una niña pequeña que tenía asma terminal y... supongo que es algo difícil de entender para Alex, su síndrome... no lo sé, estoy preocupado.

-Entiendo... debe ser complicado, confusa su situación...

-Lo siento, no sé qué hacer para que no esté triste, de verdad él me importa mucho.

-Tranquilo –Puso su mano sobre el hombro de Frank-, sé que lo quieres mucho y que te esfuerzas mucho por cuidarlo y hacerlo feliz, no tienes que disculparte.

Frank no respondió, quería mucho a su novio y no quería que estuviese triste, sin embargo, no sabía qué decirle o como tratar a una persona con ese síndrome tan extraño.

-Oye –Volvió a llamar Guillermo-, Alex me dijo lo que hiciste anoche por él.

-¿¡Qué!? –Exclamó- ¿¡Te lo dijo!?

-Descuida –Rió-, no entró en detalles –Frank suspiró aliviado-, se nota que realmente está enamorado de ti.

-Yo también lo estoy de él, así que te tengo que agradecer por llevarme a su casa.

-La verdad, ni se me pasó por la mente que podríais llegar a enamoraros.

Ambos amigos rieron levemente, mientras Alejandro entraba curioso.

-¿De qué habláis?

-De cuando... -Frank levantó su mano, deteniendo a Guillermo.

-¿Recuerdas cuando nos conocimos? –Le preguntó a Alex, agachándose a su altura.

-Claro que lo recuerdo –Sonrió.

-Pues estábamos rememorando eso.

-Fue lindo ese momento.

Su conversación fue interrumpida por el golpeteo de la puerta, alguien había llegado.

-¡Oh! Por cierto, he invitado a un amigo –Informó Guillermo, yendo a abrir la puerta.

Guillermo se acercó a la puerta y Frank y Alex se quedaron curiosos mirando quién llegaba. Cuando abrió, saludó muy amistosamente a un chico fornido y un poco moreno. Luego de saludar a Guillermo, éste lo acercó a la pareja.

-Samuel, un gusto –Saludó estrechando la mano con ambos.

-Igualmente, soy Frank y él es mi novio Alex.

-¡Hey! Espera... –Exclamó el recién llegado- Yo te conozco...

-¿De verdad? ¿De dónde? –Peguntó Frank confuso.

-¿No eres el chico que chocó con el poste de luz mientras miraba el móvil?

-... -Frank guardó silencio un momento, recordando- ¿Eres el chico que me ayudo?

-¡Sí! Mira nada más qué pequeño es el mundo ¿No te dejó marca el poste ese?

-La verdad sí –Respondió acariciando el lado de su rostro que fue golpeado aquel día, riendo levemente-, pero este pequeño me ayudó mucho.

-¿Quién iba a decir que ya se habían visto? –Comentó Guillermo- Frank... ¿De verdad te golpeaste con un poste de luz? –Rió.

-¡No te rías! Fue un accidente, te estaba marcando a ti, cuando saliste del hospital y no me dijiste nada.

-No peleen –Pidió Alex riendo, intentando detener la discusión amistosa que tenían sus compañeros.

-¡Willy! ¿Estuviste en el hospital?

-Em... bueno –Intentó responder.

-¿Cómo que Willy? Guillermo...

Alex suspiró, sería una muy larga tarde al parecer...

Síndrome de Cotard | StaxxbyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora