A Alex no le importó, sólo se dejó llevar, la fogosidad atacaba sus apegados cuerpos, una salvaje lucha se llevaba a cabo en sus bocas y sus manos se deslizaban con ansias sobre la ropa del otro, tanto era el desenfreno de ambos que tiraron algunas cosas.
Cada uno quitó el abrigo del otro, tirándolo en el piso y de ahí quien dominó la candente situación fue Frank, quien retiró con destreza el cinturón de Alejandro, e introdujo sus manos en su pantalón, apretando su trasero a su antojo unos segundos, y luego continuar bajándolo hasta dejarlo tirado en el piso junto a ambos abrigos. Volvió a apegarse al menor sin dejar de besarlo, pero esta vez no lo tomó de la cintura, sino de su trasero. Cuando Alex se hartó de los besos y deseó algo más, tomó la playera de Frank y tiró de ella hasta su habitación en el segundo piso, se detuvo frente a su cama y siguió tirado del mayor hasta tenerlo en frente, para luego empujarlo a ésta y ubicarse sobre él, frotándose sobre sus pantalones. Quitó desesperadamente la playera de Frank, y mientras se quitaba la propia, Frank se quitaba su pantalón junto a su bóxer, liberando su miembro. Alejandro decidió seguir frotándose sobre ésta para provocar más a Francisco, separados sólo por la tela del bóxer de Alex. Frank, harto de esperar y deseoso por entrar en el menor, dirigió su mano al miembro de Alex y comenzó a tirar desesperado el bóxer de su chico, en medio de su depravación una de las piernas de aquella prenda cedió, y liberó medianamente la hombría de Alejandro, pero Frank no estaba contento aún, por lo que continuó tirando de su ropa interior hasta romperle el otro extremo, dejando en el cuerpo del menor únicamente el elástico superior. Al fin ambos desnudos, Alejandro se posicionó sobre la virilidad de su hombre mientras este lo dirigía tomándolo de la cintura, casi desesperadamente.
Un fuerte mareo atacó a Alejandro, acompañado de náuseas, lo que evitó que se dejara penetrar por el mayor. Alex corrió al baño y se agachó frente al escosado para comenzar a vomitar, demasiado alcohol debía provocarle algo así. Se tomó unos minutos para recomponerse luego de tal desagradable acto. Cuando volvió a su cuarto, Frank ya estaba dormido, desnudo sobre su cama, y con la nariz y mejillas enrojecidas gracias al alcohol. Alex, apenas vio su pecho, se dirigió a la cama sin dudarlo y se acostó sobre él para dormir sobre su pecho, sin importarle que estuviesen desnudos.
Alejandro se vio a sí mismo en sus sueños, se vio junto a Eva, ambos estaban sentados en una pequeña colina mirando el horizonte, ella parecía tranquila, abrazaba sus rodillas contra su pecho y observaba el paisaje con asombro. Alejandro hacía lo mismo, pero, en lugar de observar el paisaje, la observaba a ella. Por alguna razón, no podía verla como antes, sólo podía mirarla y ver a una muchacha con cariño, pero nada más, no lo comprendía. Todo lo que quería era estar con ella y ahora que lo está no siente nada, lo atribuyó a su pérdida de sentimientos.
-Has cambiado –Comentó ella, rompiendo el silencio.
-¿Tú crees?
-Sí... te has vuelto a enamorar.
-¡No! ¡Claro que no! -Contestó rápidamente.
-Descuida, estoy feliz por ti –Dijo con una sincera sonrisa tomando su mano-, ese chico te quiere mucho.
-Eva, yo te amo...
-Lo sé, pero ya es momento de dejarme ir, de volver a ser feliz... Frank te ama y tú a él, hacen una hermosa pareja.
-Eva...
-Estaré bien y tú también lo estarás, lo prometo, confía en mí... -Sonrió y Alejandro la miró un momento para luego abrazarla- No te olvidaré Alex –Susurró a su oído.
-Tampoco te olvidaré, gracias por todo –Balbuceó de la misma manera.
Cuando se separaron, ella se puso de pie y se dirigió hacia donde el viento la llevase, desapareciendo entre la luz del sol, que comenzaba a asomar por la colina. Es ese momento, Alex comenzó a sentir un fuerte dolor de cabeza, que lo obligó a llevar su mano a su cabeza y despertar.
ESTÁS LEYENDO
Síndrome de Cotard | Staxxby
FanfictionEl síndrome de Cotard es un raro trastorno que hace creer al padecido que está muerto, se acompaña usualmente de alucinaciones de todo tipo, y en ocasiones arriesgar la vida sin saberlo. El padecido piensa que es un alma en vela vagando en el mundo...