GRAHAM 7

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Me desperté de forma violenta mientras intentaba calmar el ritmo en que iba mi corazón, estaba tan acelerado que me había causado bastante miedo en que algo llegase a pasar.

Todo fue un sueño.

La zona en la que estaba acostada hace pocos segundos se encontraba impregnada mi propio sudor, me encontraba en shock y fuera de mi misma, mi respiración estaba completamente descontrolada a más no poder, era inevitable. Llevé mis manos hacia mi rostro y suspiré de forma incontrolable.

Solía sentirme bastante asombrada ante pesadillas de semejante magnitud pero esta ves había sido muy exagerado. 

Me levante de mi cama y me dirigí hacia el baño para poder refrescarme un poco, la noche de ayer apenas había logrado descansar  y eso me mantenía ahora mismo muy somnolienta. Me lavé la cara y seguidamente fui a desayudar intentando dejar de lado aquel sueño.

Hannibal me había llamado para que fuese a su casa para poder comenzar a organizar las cosas ¡emocionante! Esto me tenia sumamente enérgica a pesar de mi cansancio, estuve allí desde las diez de la mañana hasta las cuatro de la tarde, yo pensaba conocer al dichoso Hannibal Lecter pero estaba equivocada, llega a ser bastante estricto cuando esta en su zona de confort.

Apenas pude salir de aquel calvario me dirigí a comprar un par de cosas al pequeño super mercado de la zona, necesitaba rellenar nuevamente mi inventario ya que hace días apenas podía darme el lujo de comer cereal de dos euros con leche. 

Era sábado por la tarde y habían demasiadas personas por las calles, muchas de estas entraban en locales nocturnos o simplemente compraban comida callejera, un ambiente muy pintoresco y alegre.

Había comenzado a hacerse de noche y yo aun seguía deambulando por las calles sin intenciones de volver a casa, de manera inconsciente una parte de mi no tenia muchas ganas de volver ni mucho menos de acostarme dormir, sin duda aun seguía un tanto tocada sobre lo de la noche pasada. 

Mientras iba caminando por las calles de aquella zona rosa vi como un gran perro se acercaba de forma inesperada hacia mi, por un momento sentí miedo al pensar que iba a lanzarse a morderme hasta que este mismo comenzó a frotarse en mis piernas para que bajara a acariciarle, coloque todas las bolsas que tenia en una sola mano y con la libre comencé a brindarle caricias al animal, me resultaba bastante familiar aunque me era imposible saber con exactitud de quien era o donde lo había visto. 

 ─. Oh dios, aquí estabas! Pensé que te habías perdido  .─se pudo escuchar una voz masculina llegar de frente, aquel sujeto venia corriendo ya que se le notaba sofocado.

Al dirigir mi mirada hacia dicha persona no pude evitar sentir gracia, estas situaciones ya comenzaban a ser muy comunes. De quien se trataba era Graham, el cual iba vestido con ropa un tanto deportiva, seguramente estaba haciendo foorting con sus animales.

─. Oficial..!  .─Hice muy notorio mi impresión.

─. Señorita Gitt...  .─Pude ver como se comenzaba a tornar un tanto incomodo, era obvio que lo ultimo que quiera haber visto era a mi en esa situación.

Ninguno de los dos planeaba encontrarse con el otro de manera tan sorpresiva -imaginé-. Evitando cualquier acto inmaduro intenté sacar algunas palabras para luego marcharme, no pude, sin duda me sentía nuevamente desorbitada.

─. Lamento bastante si le hemos molestado... . ─Él castaño se también se inclinó para poder posar su una de sus manos en la pequeña cabecita del animal.

─. No... En lo absoluto .─Negué ligeramente con la cabeza intentando dejar mi visión en el perro.

─. ¿Estaba por ir a su casa?...

─. Ah... Si, iba directamente allí.

More than I would like [EN EDICIÓN] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora