GRAHAM 9

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─ ¿En serio ibas tan mal? 

─ ¡Demasiado! Tanto que me iba a sacar la lotería con tantos cincos y seis que me sacaba! ─Dije entre risas mientras evitaba sonar muy escandalosa.

─ JAJAJA! ─Pude escuchar la melódica risa del oficial por primera ves de esa manera, realmente era muy agradable el simple hecho de escucharle reír.

Seguimos caminando mientras hablamos de tonterías varias, realmente disfrutaba pasar tiempo con él de esta manera, aunque tan solo fuera la primera ves.
En ese instante uno de sus perros se detuvo en seco dándole un pequeño jalón al castaño que casi lo tiraba al suelo.

─ ¡Wow! cuidado! ─Lo tomé del brazo evitando que se cayera por completo, manteniendo su equilibrio normal─ ¿Algo le sucedió al perro?

─ Gracias... Y creo que Henry está cansado de caminar —Comentó el muchacho mientras intentaba recobrar la compostura, y enseguida acercarse al canino afectado.

— Henry...?

Pude ver como Will se acercaba al perro golden retriever que estaba recostado en la acera y como lo alzaba en un movimiento rápido como si no pesara nada.

— Ouh, no es muy pesado para ti?

— En lo absoluto, Henry es bastante mayor y siempre lo tengo que estar cargando constantemente cuando salimos a pasear, es normal para mi —Decía el ojiazul mientras intentaba controlar a los otros caninos que estaban jugando entre sí.

— Dejame ayudarte con los otros perros —Acerqué una de mis manos a las las correas que llevaba encima.

— Oh no, yo puedo solo.

— Venga por favor, estás a punto de desplomarte!

Volví a acercar mi mano para coger por fin dos de las correas que llevaba a los perros más grandes de aquella manada, sería bastante sencillo llevarlos pues no eran tan alborotado res como los otros dos.

— Viendo la situación, será mejor que vayamos a tu casa y dejemos a los perritos, está mucho más cerca que la mía —Comenté mientras íbamos andando en dirección a la calle principal.

— Vale, creo que tienes razón, ellos deben estar cansados... —Nuevamente pude ver como él se preocupaba mucho más por sus mascotas que por si mismo, el pobre estaba sudando y se le veía ligeramente cansado de llevar al gran golden en sus brazos.

— Ojalá pudiera tomarte una foto así, luces muy gracioso —Solté aquello mientras caminábamos, intentando no reírme yo misma.

— Entre pelo de perro y sudor? No gracias —Resopló intentando sacarse aquellos pelillos dorados cerca de sus labios.

— Luces muy tierno así, lo pondría de fondo de pantalla y todo.

En ese instante vi como se detuvo en seco el oficial de ojos claros, y seguidamente me dirigió la mirada un tanto consternado.

...

No entendí porqué lo había hecho, por lo que también me detuve pensando en que le había molestado o algo por el estilo.

— ¿Qué esperas?

— Qué??  —Pregunté totalmente extrañada.

— Toma la foto, rápido antes de que me arrepienta.

Abrí la boca ligeramente demostrando mi asombro, realmente lo estaba diciendo en u tono de broma pero al parecer se lo había tomado enserio. Así que rápidamente saqué mi móvil de entre mis bolsillos y me dispuse a colocar la cámara exterior par a poder tomarle la sudo dicha foto, al mirarlo a través de la pantalla logré verle ligeramente ruborizado, como si estuviera muriendo de vergüenza con solo tomarle una fotografía.

— ¡Listo! Que tierno has quedado —Dije mientras me acercaba a el nuevamente y le enseñaba la foto.

Tan solo sonrió ligeramente sin decir ni una sola palabra.

...

Habían pasado un par de minutos para poder llegar a la vivienda de Graham, al cruzar la cerca de inmediato se soltaron los perros y comenzaron a correr por toda la grama, y con ello algunos se sentaron en la puerta de la entrada esperando a que los dejaran entrar.

— Bueno, fue un trabajo sencillo y divertido después de todo —Confesé al momento de enrrollar las correas de los caninos entre sí.

— ¿Ya te irás a casa? —Vi como intentaba esconder su rostro de mi al decir aquello mientras bajaba al perro de mayor edad hasta el suelo.

— Si ¿Por?

— No te gustaría quedarte un rato? No será como la otra ves...

— Ah... Claro, por supuesto...

Ya dentro de la casa, pude ver como el joven oficial llevaba a sus mascotas al patio dejando que correteasen por todo el espacio libre, y descansando por completo en el marco de la puerta.

Sin mucha discreción observe su figura por unos segundos; estaba tan cansado que su espalda se encorvada ligeramente, el sudor le traspasaba la camisa y se pegaba a su cuerpo dejando una vista bastante... Buena.

— ¿Quie-... Quieres comer algo? —Will se dirigió una ves más hacia mí intentando recuperar el aliento y hablando entre cortado por la falta del mismo.

— No gracias, estoy bien así —Sonreí ante su propuesta.

— Lo lamento si te encuentras cansada, a veces pareciera que mi casa estuviera del otro lado de la ciudad

— Para nada me encuentro bastante bie, además creo que caminar me hace sentirme un poco más liberada del estrés que estoy pasando últimamente.

— Oh es verdad, estás con los exámenes finales ¿Cierto?

Mientras secaba el sudor de su frente, Will se dejó caer en el sofá relajando todo su cuerpo en el.

— Si, a penas he tendió tiempo de salir o visitar a Hannibal... —De igual manera, me senté en el sofá dándole el espacio que necesitaba.

— Te gustaría salir mas seguido?

— No para nada, prefiero estar en casa haciendo otra cosa que salir con amigos a fiestas o cosas del estilo.

— Oh, ya somos dos

Aquel hombre sonrió y no podría creer que haya sido lo más bonito que había visto esa noche, por primera ves lo observaba totalmente relajado y sin estar tenso, lo llevaba esas gafas que siempre usaba y sus bonitos rizos estaban alborotado por toda su cabeza.
Con una siemple sonría respondí aquello, estaba bastante cómoda allí a pesar de que hiciera aún poco de frío en la habitación.

— ¿Sabes? Eres la única persona que ha estado más de dos veces aquí en mi casa.

— ¡Oh, entonces creo que es un honor! Aunque creo que no te gusta tanto las visitas —Reí mientras le observaba detenidamente

— No mucho pero sin duda me gusta que estés aquí, si no fuera mucho pedir, me gustaría que vinieras mas seguido a hacerme compañía...

Me puse erguida al escuchar aquello, y tratando de lucir lo más tranquila posible respondí en el mismo tono que el había utilizado.

— Por supuesto... Vendré cuando tu lo necesites

— Entonces mañana necesito que vengas aquí otra ves, si no interfiere con tus planes claro...

— Pará nada, será un placer.

Desde ese momento en adelante, nos la pasamos hablando de temas irrelevantes y inocentes, par a luego despedirnos con la promesa de vernos al día siguiente.

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