Capítulo 10

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Avancé hacia la mitad de la calle en busca de la casa de Zayn, enseguida divisé el enorme portón con él número 4. Un alto muro de impedía que se viera el interior de la finca pero parecía inmensa. Piqué al telefonillo y enseguida me abrió Zayn.

El portón comenzó a abrirse automáticamente era como una gigantesca puerta corredera en color blanco. Se me paró la respiración al adentrarme en el inmenso jardín que había delante de la casa. Observo a Zayn venir a lo lejos.

-          Hola, Shay-dice llegando a donde estoy yo sonriendo de oreja a oreja.

-          Hola-nos damos dos besos, aun estábamos un poco cortados-esto es impresionante.

-          Lo se, ¿quieres que te enseñe la finca?

-          Claro-respondo. Zayn entrelaza sus dedos con los míos y comienza el tour turístico por todo el recinto.

Hay flores por todos lados, árboles frutales, pista de tenis, piscina climatizada exterior con una casa independiente a la mansión, hamacas colgadas entre los árboles…es una pasada.

Recorremos el exterior de la casa durante un buen rato hasta que empieza a oscurecer. Durante ese rato consigo quitar de mi mente a Harry aunque todavía seguía enfadada con él, había herido mi orgullo demasiado y no quería saber nada más de él. Sin embargo seguía guardando su número en mi bolso.

Me quedé plantada mirando la enorme mansión que se extendía ante mis ojos. La arquitectura del edificio era bastante moderna. Dos plantes y pintada de un blanco mate que aportaba muchísima luz al lugar. Grandes cristaleras y múltiples terrazas con todo tipo de comodidades, aquello era impresionante.

Me sentía intimidada, no estaba acostumbrada a tanto lujo, me encontraba fuera de lugar.

-          Vamos dentro, la cena ya está lista-dijo Zayn.

La cocina estaba decorada en madera y tonos blancos como el exterior de la casa. Todos los muebles eran blancos y había una isleta en el centro del cuarto, las sillas eran de metal blanco también. El horno estaba encendido y un olor a pollo asado inundaba el lugar.

-          ¡Qué bien huele!

-          Espero que te guste, vete acomodándote en el comedor, ya está puesta la mesa, ahora voy con el resto de la comida-me sonríe y hago lo que me dice.

Como entrantes Zayn había preparado unos canapés riquísimos de pastel de cabracho con mayonesa, otros con salchichitas y embutidos. De primer plato una sopa de marisco que estaba riquísima y ya de segundo el pollo asado con patatas fritas, era su plato favorito.

-          ¿Y todo esto lo has hecho tú?-le miro levantando un ceja.

-          Bueno… tengo que reconocer que me han ayudado un poco pero la gran mayoría lo hice yo.

-          ¿Quién te ha ayudado?-pregunto.

-          Tenemos cocinero particular.

-          Ah.

Madre mía, ¿también tenían cocinero? Aquello era demasiado, me sentía cada vez más incómoda, aquel no era mi lugar. Miré mi vestido que no me había costado ni veinte euros y después contemplé todo lo que había a mi alrededor, no encajaría nunca en un lugar así, me gustaban las cosas sencillas.

De postre Zayn  había hecho brownies, estaban buenísimos, el dulce era mi perdición. Recogió toda la mesa rechazando mi ayuda y nos fuimos para el salón.

Nos sentamos en los inmensos sofás de cuero blanco. Las paredes estaban pintadas en tonos morados y los cojines eran del mismo color en contraste con la claridad de los colores del resto de los muebles.

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