Capítulo 48

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Narra Shay

-          ¿Quieres que vayamos a tomar una copa? Así me cuentas qué haces aquí.

-          Mary está en el bar, quizás deberíamos ir a buscarla.

-          ¿Mary también está aquí? Gracias por avisarme a las dos-dijo cabreado.

-          No has dado señales de vida en estos últimos dos años, pensábamos que estabas feliz de la vida y no querías saber nada de nosotras-dije sacando mi móvil para llamar a Mary. Harry puso los ojos en blanco ante mi respuesta.

Mary no me lo cogía, si aun seguía en el bar lo más normal era que no lo oyera, sin embargo, a los cinco minutos recibo un mensaje suyo: “¿Dónde estás? Acabo de llegar a casa, Harry salió del bar a toda velocidad y no me dio tiempo a alcanzarlo, ¿estás bien?”

Le respondo al instante diciéndole que estoy con él e invitándola a venir con nosotros pero rechaza mi oferta, en parte lo agradezco.

-          ¿Entonces al final somos tú y yo solos?

-          Sí, ¿decepcionado?-respondo sonriéndole.

-          Para nada-me agarra de la cintura y caminamos sin rumbo, por lo menos yo no tenía ni idea de a dónde íbamos.

Estuvimos en un par de bares tomándonos unas copas durante toda la noche. Le conté que había ido a Londres a buscar trabajo durante el verano, que quería ganarme un dinero para tener algo más de independencia. Hablamos de las relaciones que habíamos tenido en esos dos años y nos dimos cuenta de que ninguno de los dos había llegado a tener algo serio con nadie. Me contó que Niall le había ofrecido empleo en su local y que lo hacía como pasatiempo, adoraba la guitarra y a la gente le gustaban sus canciones, por lo tanto todos salían ganando.

Harry estaba viviendo en la casa que había comprado su madre años atrás por lo que apenas tenía gastos. Además, el dinero de la herencia de su madre mantendría sus necesidades cubiertas durante años sin necesidad de preocuparse aunque no era un derrochador, tenía los pies en el suelo en ese sentido.

-          Entonces durante estos dos meses podremos vernos, ¿no?-preguntó con los ojos algo colorados a causa del alcohol.

Cogí mi chupito de tequila-chocolate y lo bebí de un trago antes de responder a esa pregunta.

-          Quieres verme, ¿eh?-digo con picardía mientras le guiño un ojo.

-          No sabes cuanto-su mano se posa repentinamente sobre mi muslo y siento la descarga eléctrica. Esa descarga que encendía cada parte de mi cuerpo por muy débil que fuera el roce de su piel con la mía-¿tú no quieres?

-          Lo que dijiste en el bar… ¿iba en serio?-pregunto tímidamente intentando fijar mi borrosa mirada en sus ojos verdes oscurecidos.

-          Todo lo que dije era real, me cuesta expresar lo que siento, pero cuando lo hago soy lo más sincero que puedo. Y creo que ambos tenemos un concepto de amor bastante parecido.

-          ¿A qué te refieres?-frunzo el ceño intentando buscar en sus palabras la respuesta a todo lo que se me pasa por la cabeza en esos momentos.

-          Para mí amar es ser capaz de dar la vida por la otra persona y daría mi vida por ti, Shay. Si tú no estás aquí yo ya no quiero seguir viviendo.

-          Qué dramático eres.

-          Y se que eso te gusta-su aliento impacta en mi oreja y me estremezco.

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