Capítulo 24

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Narra Harry

A la mañana siguiente me desperté con un dolor de cabeza horrible, las muñecas también me ardían y tenía los ojos súper rojos. Me sentía de pena, con demasiadas ganas de vomitar y me lo merecía, había sido un hijo de puta con Mary.

Ahora que volvía a ser el Harry más o menos normal se me había venido toda la realidad encima y no tenía pensado enfrentarme a ella, no tenía fuerzas para ello. Me levanté de la cama y empecé a hacer la maleta, me iría de Madrid en un par de horas y no pensaba volver hasta que mis emociones se tranquilizasen un poco.

Me di una ducha renovadora y ni siquiera desayuné, no tenía cuerpo para ello. Louis entró en mi habitación.

-          ¿Te vas?-pregunta, no está para nada sorprendido.

-          Sí, he pensado pasar un tiempo en la casa del monte de mi madre. No está muy lejos de aquí y será una buena forma de desconectar de todo.

-          Me ha llamado Mary llorando esta mañana y me lo ha contado todo. ¿De verdad crees que irte es lo mejor? No se si solo estarás bien.

-          Gracias por preocuparte por mí pero de verdad que es lo que necesito, no puedo quedarme aquí viendo cómo os arruino la vida a todos.

-          Harry…

-          No intentes detenerme, sabes lo cabezota que puedo llegar a ser-me sonríe y yo le devuelvo el gesto.

-          Ven aquí, anda-me dice dándome un abrazo. Cierro los ojos disfrutando de la despedida, Louis siempre consigue ponerme emotivo.

-          Déjate de mariconadas que me tengo que ir-digo y ambos reímos.

-          Si necesitas algo sabes dónde estoy. Cuídate.

Me despido de él y salgo de ese piso infernal olvidando todo lo que pasé allí. Se me pasa por la cabeza ir a hablar con Mary pero lo descarto. Sin embargo, cojo el teléfono y la llamo, me costaría mucho despedirme de ella después de lo que había ocurrido el día anterior.

-          ¿Qué quieres?-pregunta con la voz tomada. Se nota que ha pasado la noche llorando, sin dormir o las dos cosas-no se ni qué hago cogiéndote el teléfono.

-          Llamo para disculparme y para despedirme y antes de que digas nada o te pongas a montarme un pollo déjame hablar-cojo aire-lo siento mucho, Mary. Se que he sido un gilipollas y te he tratado fatal, no te merecías nada de todo esto porque has sido de las pocas personas que ha estado ahí siempre y joder, no te merezco, no merezco tener una amiga como tú. Se que tengo la cualidad de hacer daño a la gente con todo lo que digo o hago pero tú eres más importante para mí de lo que te puedas imaginar. Perdóname por favor, no podría vivir sin ti ahora mismo.

-          Harry, yo…

-          Lo siento, Mary. De verdad.

-          Sabes que siempre serás mi mejor amigo pase lo que pase y que voy a seguir ahí para ti. A veces te dan esas venadas que hacen que te vuelvas loco y me das mucho miedo pero te sigo queriendo igual.

-          Te quiero, Mary.

Se queda callada, pasan unos segundos y sigue sin reaccionar.

-          ¿Mary?-pregunto con miedo a que se haya cortado la llamada.

-          Estoy aquí. Es sólo que juraría que es la primera vez que me dices “te quiero” y no estoy acostumbrada.

-          Pues lo hago, Mary. Te quiero y mucho además. Y ahora tengo que irme, he pensado pasar una temporada en la casa del monte de mi madre. Volveré pero no tengo muy claro en cuánto tiempo-espero que me eche la bronca y sin embargo no lo hace.

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