Capítulo 15

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Natalie fue a la cocina a por vasos de chupitos para todos, nos trajo dos a cada uno para hacer más interesante el juego. Colocamos los sofás uno enfrente del otro y la mesa en el medio. Harry y yo permanecíamos en un sofá y el resto en el otro.

-          ¿A qué queréis jugar?-preguntó Lou.

-          Podíamos jugar al “Yo Nunca”-propuso Natalie.

-          ¿No somos un poco mayores para esos juegos?-dije. No me hacía ninguna gracia ese juego.

-          Me parece bien, juguemos-Harry me guiña un ojo y yo pongo los ojos en blanco, está claro que quiere jugar sólo para llevarme la contraria.

-          Empiezo yo-dice Louis- yo nunca he besado a ninguna de las chicas que está en esta habitación.

Obviamente Harry y Liam beben, ambos han besado a Natalie, ella se pone roja como un tomate. Ahora es el turno de Natalie.

-          A mí nunca… me han hecho sexo oral.

Ella obviamente bebe y todos los demás también, menos yo. Harry se me queda mirando y me dedica una sonrisa traviesa, me siento observada por todos, ¿tan raro es? Noto arder mis mejillas y bajo la mirada avergonzada. Liam toma su turno.

-          Yo nunca he querido besar a una de las personas que está en mi mismo sofá.

Liam, Natalie y Louis beben, Natalie le echa una mirada a Lou y se sonríen, ya se quién será la siguiente presa de mi amiga. Harry me mira de arriba a abajo antes de coger su vaso y beber el tequila de un trago. Yo me lo pienso dos veces pero al final bebo. Ahora le toca a Harry y es lo que más miedo me da.

Le observo y parece pensativo, no tengo ni idea de qué es lo que va a decir pero se que me pondrá en un compromiso. Me pongo nerviosa ante la espera, quiero que lo diga ya.

-          Yo nunca moriría por la persona que amo.

Sus palabras me hacen estremecer, tengo los pelos de punta. Estoy desconcertada, jamás hubiera imaginado que iba a decir eso. Todos se le quedan mirando con los ojos abiertos hasta que Louis rompe a reír.

-          Anda, Harry, deja de bromear-Harry le mira y ambos empiezan a reírse aunque por el rostro de Harry se que lo decía enserio-di otra.

Si Harry había dicho aquello era por algún motivo. Tenía muy clara mi respuesta a diferencia de los demás, yo no tenía nada que pensar. Cojo mi vaso con decisión y bebo todo el contenido sin pestañear, Harry sonríe y los demás ni se dan cuenta de que he bebido.

Continuamos jugando a ese y otros juegos hasta las 4 de la mañana. Los demás están entretenidos contando anécdotas de borrachos y yo ya empiezo a estar muy mareada, me está entrando el sueño.

Me levanto del sofá y me despido de ellos.

-          Chicos, yo me voy a la cama, estoy que me caigo-al incorporarme demasiado rápido me mareo y casi pierdo el equilibrio.

-          ¡Ey! No, si lo de que estás que te caes ya lo veo. Anda, te acompaño. Vuelvo ahora, chicos-Harry me sujeta de la cintura para que no me caiga.

Los demás no dicen nada pero veo que Natalie nos mira apenada, no quiero verla mal pero tampoco puedo renunciar a pasar un rato con Harry asolas.

Camina un poco por delante de mí, lo que me da vía libre para observarle. Sus vaqueros oscuros y ajustados muestran a la perfección unas piernas rectas e infinitas, bien trabajadas. Lleva una camiseta de tirantes blanca por la que asoman varios de sus tatuajes y sobre la que cuelga su collar con la cruz. Lleva un beanie azul oscuro que cubre sus rizos, en otra persona estaría fuera de lugar llevar gorro en casa pero en él queda genial, es sumamente perfecto a nivel físico.

Abre la puerta de la habitación de Natalie y me hace un gesto con el brazo para que pase yo primero, sonrío ante ese detalle, es todo un caballero. Abro la cama y me meto dentro, estoy agotada literalmente y cada vez más mareada.

Harry se acerca a la cama y se tumba sobre el edredón a mi lado. Nos quedamos en silencio pero no estamos incómodos, ambos deseamos ese momento de tranquilidad. Él acaba rompiendo el silencio.

-          ¿De verdad morirías por la persona a la que amas?

Su pregunta me deja descolocada, como todo lo que me pregunta. No entiendo qué pretende lograr con eso pero respondo sinceramente.

-          No me lo pensaría dos veces.

-          Ninguno de los demás bebió.

-          Quizás son demasiado egoístas-digo sin pensar y él se calla.

Pasados un par de minutos continúa hablando.

-          ¿Por qué haces que me sienta así?

Me incorporo en la cama y apoyo la espalda contra el cabecero, le miro a los ojos.

-          ¿A qué te refieres?

-          Nada, olvídalo. Será mejor que vuelva con los demás-intenta levantarse de la cama pero en un impulso sujeto su brazo.

-          Quédate-susurro y él vuelve a sentarse-¿qué te hago sentir?

-          Es extraño, no lo se exactamente. Despiertas interés en mí.

La cabeza me da vueltas y no se qué conclusiones sacar de sus palabras, estoy muy borracha para qué engañarnos.

-          Y luego te veo beber cuando digo lo de morir por la otra persona y eso hace que quiera conocerte aun más.

-          Pues conóceme-le digo cogiendo su mano.

-          No creo que sea lo mejor para ti.

-          ¿Cómo?-pregunto de nuevo confusa.

-          No soy bueno, Shay. No voy a hacerte feliz y en el fondo lo sabes. Mis demonios me persiguen y no puedo dejar que también te afecten a ti.

-          Puedo ayudarte a mandar a la mierda a tus demonios.

-          No es tan fácil-dice soltando un suspiro.

-          No estoy preparada para que salgas de mi vida- se que estoy diciendo cosas de las que me arrepentiré al día siguiente pero no puedo evitarlo, las palabras salen de mi boca sin que me de tiempo a pensarlas.

-          Es lo que debo hacer, por una vez voy a dejar de ser egoísta. Mañana por la mañana saldré de tu vida para siempre o por lo menos intentaré hacerlo.

Me duele lo que me está diciendo, me muero por decirle que no quiero que se vaya nunca, que quiero conocerle más, que quiero ayudarle en todo lo que pueda, que puede confiar en mí. Se ha convertido en alguien necesario en mi vida y no puedo dejarle marchar, todavía no.

Se queda mirándome sin pestañear y acaricia mi mejilla intentando reconfortarme, sabe que sus palabras me han hecho daño y mis ojos están llenos de lágrimas que intento reprimir. En ese momento me siento desesperada, no puede irse de mi lado tan pronto, ni siquiera hemos tenido nada y quiero tener la oportunidad de comprobar por mí misma si es bueno o no para mí.

En ese instante hago lo que mi cuerpo me pide que haga, no se si me estaré equivocando pero no me importa, no pienso en las consecuencias que puedan tener mis actos esa noche. Me pongo de rodillas sobre la cama mirándole a los ojos, Harry se queda quieto y en silencio esperando oír lo que voy a decirle. Carraspeo y cojo aire para finalmente pronunciar las palabras mágicas.

-          Bésame Harry.

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