Capítulo 27

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Narra Harry

-          ¿Eres un Styles?-preguntó sonriéndome mientras se subía las medias.

-          Sí, ¿por qué?-le devuelvo la sonrisa-¿soy famoso por aquí?

-          Más quisieras-pongo los ojos en blanco-lo digo porque tienes una casa bastante impresionante.

-          Era de mi madre-respondo.

-          ¿Era?

-          Sí, murió hace unos meses.

-          Ya veo…-dijo poniéndose seria, se dio cuenta de que ese era un tema que me tocaba la fibra. Vi que iba a volver a hablar y antes de que lo hiciera me adelanté.

-          Necesito salir a echar un cigarro.

-          ¿Quieres compañía?-me pregunta.

-          Prefiero estar solo. Vuelvo ahora-ella asiente y salgo del local aun semidesnudo, hacía demasiado calor allí dentro.

La brisa invernal me golpea de pleno y lo agradecí. Miré al cielo la luna llena me contemplaba y había multitud de estrellas iluminando el pueblo. Encendí un cigarrillo mientras me apoyaba contra la pared, no solía fumar pero cuando me ponía nervioso era una buena forma de calmar la ansiedad.

Pensé en mi madre y noté que se me formaba un nudo en la garganta. Su recuerdo aun estaba muy presente, ya había pasado tiempo y sin embargo era incapaz de recuperarme. También me vino a la cabeza Shay para no variar, llevaba apenas un día sin ella y ya la echaba de menos. En ese momento deseaba abrazarla, deseaba sentirla entre mis brazos y pasar la noche con ella simplemente hablando o durmiendo, el sexo era secundario cuando se trataba de ella, aunque cuando la veía todos mis instintos más animales se desataban y eso no podía negarlo.

Deseé tenerla delante y besarla. Contemplé el hermoso paisaje que se extendía ante mí y deseé que ella pudiera verlo conmigo, cogerle la mano y decirlo todo lo que sentía a la cara, mirándola a los ojos, aquellos ojos negros que me volvían loco.

Una estrella fugaz pasó por encima de mí y pedí un deseo dejando a un lado el egoísmo que me caracterizaba: deseé que Shay se olvidara de mí para siempre.

Narra Shay

Con el móvil en la mano me movía nerviosa por el baño. Daba llamada por lo que estaría a punto de escuchar su voz. Me temblaban hasta las piernas, no sabía con qué Harry me iba a encontrar esta vez. El pitido sonó tres veces hasta que escuché que alguien lo cogía.

-          ¿Harry?-pregunto.

-          No está aquí, ¿Quién eres?-una voz femenina me sorprendió al otro lado del teléfono.

-          Soy Shay pero creo que la pregunta debería ser quién eres tú, ¿eres amiga de Harry?

-          Si por amiga entiendes con ciertos derechos sí, soy su amiga.

-          ¿Cómo dices?

-          Creo que no hace falta que de detalles-suelta una risita.

Sus palabras hacen que se me pare el corazón. No hacía ni un día que se alejó de mí y ya se había tirado a otra.

-          Y dime, Shay. ¿De qué conoces a Harry?

-          Después de esto creo que de nada. No hace falta ni que le digas que he llamado, ya estoy harta.

-          ¿Estás segura? No me cuesta nada ir a avisarle.

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