Capítulo 26

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Narra Harry

Acudí a mi cita con un jersey azul oscuro, unos vaqueros no tan ajustados como solía llevarlos y unas convers bajas y blancas. El pelo ni me lo toqué, me gustaba llevarlo despeinado. Cogí el R8 y me planté en el bar a la hora acordada. La puerta estaba abierta, por lo que entré pero no había nadie, me senté en el mismo taburete que la mañana anterior y pronuncié el nombre de “Jess” esperando una respuesta que no llegó. Decidí esperar un rato.

Al poco tiempo la cortinilla que separaba la cocina del resto del bar se abrió y apareció ella. Estaba impresionante, llevaba un vestido negro bastante discreto, medias tupidas negras que marcaban sus largas piernas y unos botines negros de tacón de aguja junto con una cazadora de cuero negra y una bufanda. Llevaba el pelo suelto y algo más liso que por la mañana, apenas llevaba maquillaje.

-          Siento haberte hecho esperar-dice sonriendo-buenas noches antes que nada.

Se acerca a mí y yo me levanto del taburete, nos damos dos besos y justo cuando vamos a separar nuestros rostros casi nos damos un pico. Los dos sonreímos. Huele muy bien aunque en ese momento extraño el olor a vainilla de Shay, ese aroma me volvía loco.

-          ¿Qué quieres hacer?-pregunto.

-          Creo que está muy claro… no quiero andarme con rodeos-se acerca a mí y acaricia mis rizos con sus suaves dedos.

-          ¿Eres una tía directa, eh? Eso me gusta-sonrío sensualmente.

-          ¿Para qué complicarnos la vida cuando podemos disfrutar de un poco de sexo sin compromiso? Deseé esto desde que te vi en ese flamante audi R8 esta mañana.

Antes de que pueda decir nada me está besando ansiosamente, provocándome con su lengua e incitándome a empotrarla contra la barra del bar. Sus labios expertos se amoldan a los míos pero no de la misma manera con que lo hacían los de Shay. El beso sólo consiguió ponerme cachondo y eso era suficiente en esos momentos, no quería más. Con Shay los sentimientos afloraban y eso lo hacía todo más complicado.

Tiró su chupa de cuero al suelo y se quitó la bufanda, no se ni para qué se las había puesto si ya iba con intenciones de seducirme antes de llevar diez minutos de cita. Mi jersey vuela por los aires poco después y la subo a la barra del bar sin separar mi boca de la suya.

-          Quiero que me folles, Harry-que diga eso en mi oído me excita todavía más, es tan directa como yo.

-          ¿Y si me niego?-digo alejándome un poco de ella con una sonrisa en la cara.

-          No lo harás-responde segura de sí misma cosa que me vuelve loco.

-          ¿Cómo estás tan segura?-me hago el difícil pero ambos sabemos cómo acabará esto.

-          Porque se que tienes muchas cosas que olvidar al igual que yo y esta es la forma más rápida y eficaz de hacerlo aunque sólo sea durante un rato.

-          ¿Has sabido todo eso con sólo verme diez minutos?

-          Me bastó uno para darme cuenta de eso. Eres un alma rota como yo y eso se nota al instante. Ven aquí.

Su voz me hipnotiza, las palabras que salen de su boca me transmiten confianza. Es una tía fría y calculadora como yo, no quiere ataduras y eso se nota. Somos tal para cual.

Me acerco a ella y le doy lo que quiere, lo que ambos queremos. Le quito las medias y el tanga rápidamente mientras yo me quedo desnudo también de cintura para abajo, ni siquiera nos desnudamos completamente, estamos demasiado ansiosos. Con una suave pero firme embestida me hundo en ella y empezamos a movernos al compás el uno con el otro. Nuestros cuerpos dominan los movimientos, sujeto su cadera con mis manos para ir profundizando más. De su boca escapan gemidos que hacen que sonría satisfecho. Las embestidas se van haciendo cada vez más rápidas y frenéticas llevándonos a un éxtasis indescriptible. Fue rápido y eficaz, lo que ambos queríamos. Por desgracia cuando acabamos sólo podía pensar en que ojalá hubiera sido Shay la que estuviera conmigo en esos momentos.

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