Capítulo 32

452 15 2
                                    

Narra Shay

Su mano se entrelaza con la mía y salimos de aquella sala en dirección a la calle. Nos aseguramos de que ninguno de nuestros amigos se encuentra por los alrededores y avanzamos a toda velocidad hacia la puerta.

En menos de un minuto nos encontramos en plena calle caminando hacia el audi R8 que se encuentra doblando la esquina. Ese coche me trae buenos recuerdos, allí fue donde Harry y yo casi nos besamos por primera vez. Recuerdo lo que sentí en ese momento, una mezcla entre atracción, odio, miedo… miles de emociones contradictorias me invadían y no podía controlarlas, con Harry nunca controlaba nada.

Abre la puerta del asiento del copiloto para que entre yo primero, le doy un beso antes de entrar en el coche, él sonríe y su sonrisa hace que yo también sonría, cierra la puerta y se pone al volante. Arranca y pisa el acelerador, le encanta la velocidad, el riesgo le vuelvo loco. Veo su cara de disfrute a medida que avanzamos por las calles de Madrid cada vez más deprisa. No estoy asustada, se que no podrá pasarme nada malo estando con él.

Vamos en silencio todo el camino, cada uno enfrascado en sus pensamientos. Su mano busca mi muslo y lo acaricia suavemente, le sonrío como una idiota y él me guiña un ojo.

-          Ya estamos llegando, es aquí al lado-dice.

-          Tampoco tengo prisa por llegar, me encanta este coche-aspiro la fragancia que lo envuelve-huele a ti.

-          ¿Cómo que huele a mí?-dice sonriendo.

-          Sí, es una mezcla entre el olor de tu colonia y tu olor. Es…excitante.

-          Yo no huelo nada-aspira por la nariz, parece un niño pequeño-bueno, hay un ligero toque a vainilla y a frutas que viene de tu cuello y tu pelo y no se cuál de los dos olores me pone más cachondo.

Que sea tan burro diciendo las cosas me cabrea y me encanta al mismo tiempo. Nos volvemos a quedar en silencio mientras aparca el coche. Pienso en Ashton desgraciadamente, me siento mal pero ¿qué hago? ¿renuncio a Harry? Quizás debí haber hablado con él antes de nada pero es que con Harry las cosas siempre ocurrían tan de repente y cuando se le pillaba de buenas había que aprovechar. Reconozco lo cobarde que soy, ni siquiera le he llamado para decirle que me iba, ni si quiera me he despedido de él ni de los demás. Harry me hace cambiar por completo, me transformo en una persona totalmente distinta pero…¿una persona mejor?

Prefiero no responder a esa pregunta y me centro en él, le miro y me doy cuenta de que es todo lo que quiero ahora mismo. Salimos del coche y subimos a su piso. Es bastante espacioso y muy acogedor, está muy bien organizado. Tiene forma de cuadrilátero, salón amplio y una cocina enorme. Harry se mete en la cocina decorada en tonos blanco y negro, las encimeras son de granito y la mesa es grande y de un blanco marfil.

-          Voy a hacer un té. ¿Te apetece? Estoy cansado del alcohol.

-          Soy más de café la verdad-respondo.

-          Ahora mismo preparo una cafetera.

-          No te molestes, de verdad. Estoy bien así, no quiero nada, gracias-le sonrío y me siento en una de las sillas acolchadas blancas que rodean la mesa.

-          Entonces yo también paso del té. ¿Te enseño el resto de la casa?

-          Claro.

El salón es precioso, sin duda la parte que más me gusta de la casa. Los sofás son blanditos y de color beige, hay plantas decorando la estancia y una tele de plasma enorme. También hay una alfombra en tonos granates haciendo juego con las cortinas, tiene mucha luz y eso me gusta.

ALIVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora