Quedó consternado luego de haber escuchado el nombre, nunca se imaginó que lo conocería en persona, o al menos su esencia. Era una situación tan inverosímil pero lo que no parecía encajar con su teoría, es que cómo era posible que la droga pudiera crear, esa sensación tan realista. Se preguntaba qué tipo de droga tan avanzada habían utilizado para drogarlo de tal manera.
Hitler se dirige hacia él con mucha serenidad, y empieza a contemplar la bandera del mismo modo que lo había estado haciendo Sam, y de la nada entabla una conversación:
—Simple, pero a la vez muy simbólico ¿verdad? —dijo Hitler mirándolo fijamente.
—Sí, sea lo que sea que signifique, capta mucho la atención —expresó Sam elocuentemente.
—Veras, el significado es bastante ambiguo.... Y mucha gente desconoce que este símbolo ha pertenecido antes a muchas culturas, y religiones de antaño —dijo Hitler con vehemencia mientras volvía su mirada a la bandera.
—Pero... ¿Para ustedes que significaba? ¿Por qué tanto orgullo en llevarla? —preguntó Sam con un tono intrigado.
—Tomamos como emblema la esvástica para que representara la ideología de nuestro partido, en dónde declarábamos que los Arios históricos eran nuestros antepasados —explicó Hitler.
—Sigo sin comprender. —dijo Sam confundido.
—Lo que intento decir es que la bandera se utilizó para indicar la descendencia Ario-Germana creando así, un orgullo de pertenecer a la "raza".
—¿Porque me suena a supremacía de raza? —preguntó Sam.
—Porque de eso se trataba —afirmó Hitler—. Pero eso no tiene importancia ahora, hay cosas más importantes de las que tenemos que hablar.
—¿Cómo cuáles? Si mi memoria no falla, no tenemos nada que hablar, excepto las preguntas que tengo para hacerte —expresó Sam.Él estaba un poco extrañado porque esperaba a una persona que fuera gruñón o difícil de llevar como lo pintaban en algunas películas, o que no fuera tan intelectual como lo había demostrado hasta ahora. Siempre había creído que solo se trataba de un hombre que utilizó el poder para cumplir sus caprichos.
—Tenemos mucho de qué hablar, empezando por el hecho de que no somos productos de las drogas imaginarias, ni de tus tantas teorías —dijo el sujeto mientras sonreía.
Sam se había empezado a acostumbrar a cada sorpresa porque estaba seguro de que solo se trataban de alucinaciones; pero sabía que esto se había salido de control al escuchar que era todo lo contrario, y parecía verosímil por el hecho de que nunca le contó a nadie sobre esa idea. Absolutamente todo había vuelto a estar como al principio de todo. Lo que más le preocupaba de este escenario, es que si tenía algo de verdad eso significaba que no podría recuperar su vida, o no hasta averiguar con este sujeto de que venía todo esto, así que no todo estaba perdido. Él sin pensarlo se vuelve a dirigir al sujeto:
—¿Qué? ¿Entonces con quien estoy hablando? —preguntó Sam en el clímax de la confusión.
—No tenemos identidad, no somos alguien, solo somos energía pura, o como bien lo diría Aristóteles: «El acto puro». No pertenecemos a tu mundo en otras palabras —expresó el sujeto.
—¿Y por qué ahora mismo luces, y hablas igual que Hitler? —preguntó Sam frunciendo la frente.
—Permíteme explicar, tu subconsciente te trajo hasta aquí. Nosotros somos los responsables de que sea posible —viajar al pasado—. Y nos interesamos en ti porque sabemos que estás en busca de cuál es el sentido de la vida —dijo el sujeto volviendo su mirada hacia al horizonte.Sam estaba pasmado porque era muy inverosímil todo lo que este sujeto estaba diciendo aparte de resultar ser ahora una fuerza mística, o sobrenatural en vez de ser Hitler, el cual era lo único que podía apreciar visualmente en ese momento. Justo en ese pequeño instante no sabía en que creer; sin embargo, él no dejaría escapar esta oportunidad para averiguar cómo fue Hitler capaz de hacer todo lo que hizo, como por ejemplo cargar con todas las muertos, y así una gran lista de preguntas.
—Supongamos que todo esto sea cierto, pero eso no explica: ¿Por qué no estoy hablando directamente con Hitler? —preguntó Sam tratando de entender.
—Porque tu subconsciente te trajo a uno de los momentos menos oportuno para visitar, por la gran crisis que estaba atravesando específicamente Hitler, incluso aspirar una entrevista con él solo pudo haberte provocado la muerte —dijo el sujeto—. De hecho, no debiste haber sobrevivido a ninguno de los intentos en que ellos pudieron disparar, ni mucho menos haber salido vivo de aquel cuartel.Toda la información que le había brindado hasta ahora con respecto a los acontecimientos que solo él creía conocer, representaba una fuerte evidencia. Así que, Sam empezaba a mentalizarse de que esto podía ser tan real como lo era aquella velada con su esposa.
—¿Ya va? ¿Si muero en el pasado que sucede? —preguntó Sam preocupado.
—Viajar al pasado tienes sus propias consecuencias, si llegaras a morir, estarías alterando directamente las líneas temporales del espacio—tiempo hasta un punto de ser borrado por completo de la existencia —expresó el sujeto—. Así que puedes decidir en aceptar este regalo justo en este momento, o volver a tu vida normal como si nada hubiera pasado.Click en la estrellita si le gustó el capítulo y no olviden dejar sus comentarios.
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Las crónicas del viajero
FantasySam es un empresario exitoso, intelectual que descubre que tiene el don para viajar a cualquier parte en el pasado. Pero de todos los hombres que alguna vez recibieron este don, él fue el más hábil de todos, cuando utilizó su don para empezar a visi...