¡Ya te ha costado, chaval!

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Y entonces...

...ocurre.

Me acerco lentamente hacia él y él hace lo mismo. Solo nos separan unos centímetros del uno del otro. 

Le paso una mano por el cuello hasta llegar a su nuca, mientras que con la otra acaricio su mejilla. El castaño mueve suavemente una de sus manos y me acaricia mi cabello. Con la otra mano me acerca más hacia él. Sin prisas nos acercamos cada vez más hacia la boca del otro.

Nos besamos durante varios segundos. No es un simple beso. Espero que este momento nunca se acabe. Es el beso que tanto tiempo llevábamos esperando. Me despegó poco a poco de Dylan. No puedo evitar mirar sus ojos. Sus preciosos ojos con las que había caído perdidamente enamorada de él.

Al terminar de besarnos, no puedo evitar pensar que no sé desde cuando lo conozco. He perdido la noción del tiempo. Tal vez llevamos juntos, días, semanas o incluso meses. Pero se me han pasado volando con Dylan a mí lado. 

Después de unos maravillosos diez segundos, Alice nos comunica, dándonos un susto de muerte, que la película ha terminado y si queremos ver otra. Dylan y yo nos miramos fijamente y salta:

—Se me ocurre... ¿qué te parece 50 sombras de Grey—dice con una sonrisa pícara.

—¿Qué? ¡No!—no puedo evitar sonrojarme por la indirecta.

—Vale, pues di tú una—dice Dylan en tono desafiante.

—La verdad no se..... Bajo la misma estrella ¿te parece?—le propongo.

—¡Nooooo! Es super cursi—exclama Dylan, horrorizado ante la idea.

—Perdona chaval, de cursi nada. Es una historia de amor preciosa y apasionada—le reprocho.

Nos quedamos mirándonos.

La verdad que me encanta Dylan. Pasaría con él el resto de mi vida. Al principio, me parecía el típico chulo de instituto que está bueno y no tiene cerebro. No obstante, me ha demostrado que me equivocaba y en el fondo lo deseaba. Bueno eso último no lo sé. Ya lo iremos viendo.

—Bueno, habrá que irse a la cama—. dice Dylan, intentando romper ese incómodo silencio.

—¿No quieres ver una película?—le preguntó sorprendida.

—No, ya da igual—responde, mientras bosteza.

Entonces cedo.

—Quédate y vemos la película que tú querías—le digo. La verdad no quería que se iría tan pronto ademas viendo el ambiente era lo más apropiado—. Además, hace nada nos hemos besado y tu te quieres ir a la cama ¿cómo si nada?

—Lo siento es la costum...—se calla en seco. Se ha dado cuenta de que había cometido un grave error.

Suspiro.

—Ni se te ocurra tratarme como una de esas chicas que te lías y las abandonas al día siguiente.

—Yo...es que...—se defiende avergonzado.

—Mira Lena, me gustas. Me gustas mucho. Lo que pasa es que nunca he tenido muchas novias formales. 

—Dylan—hago una pausa para coger su mano. Con voz más amable digo—, nunca te abandonaré. Ya sea porque no tengo a nadie más aquí—los dos reímos—o porque nos hayamos enfadado o lo que sea. Eres mi amigo y puede que algo más—me ruborizo—. Por eso, quiero que sepas que sin ti estoy perdida. Con que, aparta todas esas dudas. Te necesito, Jones.

Parece que el chico va a romper a llorar. Le ha emocionado lo que le he dicho, ¡qué dulce!

—Yo también te necesito, Winchester—dice con un hilo de voz.

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