Metahumanos

¿El final?

Vuelo a toda velocidad. No tengo ni idea de cuánto tiempo tardaré en llegar, solo pienso en salvar a Dylan, a mi padre y hacerles pagar a las personas que nos han hecho pasar todo esto.

Tardo más bien poco en llegar a mi destino: el laboratorio. Todo empezó aquí y acabará aquí.

La única forma segura de sacar a los míos es infiltrandome. Escondida a cierta distancia de la entrada, espero a que entre o salga alguien.

Para mi sorpresa al poco rato, pasa una elegante mujer enfrente de mí en dirección a la puerta. Lleva un moño perfecto, gafas y va vestida con la típica bata de farmacéutica y unos pantalones grises con tacones altos.

Sin perder tiempo, hago que se desmaye usando mis poderes. Con rapidez la llevo a un lugar en la que no nos vean y me transformo en ella, una vez más gracias a los poderes. La dejo inconsciente y espero que tarde un rato en despertarse.

Sin perder tiempo, entro lo más rápido posible al edificio. Intento no llamar la atención comportandome como una científica sabionda.

—Disculpe—digo con voz irritantemente educada al recepcionista—, ¿podría indicarme dónde se encuentra el joven Metahumano? Soy una de las encargadas de su—toso—digamos "modificación".

—Por supuesto, doctora—dice y se intenta fijar en el nombre que llevo en la bata, por suerte ya lo había memorizado.

—Johnson—le facilito la respuesta.

—Sí, por supuesto—teclea algo en el ordenador—. Está en la sexta planta.

—Muchas gracias.

Intento mantener la cabeza alta y no fijarme en todos los que me rodean ya que pueden pensar que actuo raro.

Llego al ascensor, con estos tacones no pienso subir seis pisos como comprenderas. Rezo para que la señorita Johnson trabaje en todo este asunto de los Metahumanos porque de lo contrario estaré en serios problemas.

El ascensor se abre y entro a todo correr. Al llegar a la planta número seis, me encuentro con un grupo de científicos.

—Señorita Johnson—dice una voz bastante familiar, para mal.

Busco la voz y me encuentro con un hombre que parece tener una ardilla en vez de pelo. Por si no ha quedado claro es el Sr. Montgomery.

—Montgomery—intento que mi voz parezca segura.

—Estamos todos. Así que, entremos.

Todos entramos. Lo que veo al entrar me cabrea.

Detrás de un cristal, como si fuera un animal, se encuentra Dylan inconsciente en una camilla con un montón de cables alrededor de su cuerpo.

Me llevo las manos a la boca y contengo un sollozo. Verlo así me destroza. Intento disimular rápidamente.

—¿Me podrías recordar para que es todo esto?-pregunto intentado utilizar el tono educado.

—Esos líquidos que ves harán que el sujeto—no me gusta la forma en la que pronuncia "sujeto",—olvide todo lo que ha vivido y obedezca nuestras órdenes.

—Pero ¿y el sujeto Alfa?—pregunta un hombre detrás mío.

Montgomery suspira.

—Lamentablemente, no la hemos encontrado. Pero tranquilos, nuestros mejores soldados la están buscando. No habrá ido muy lejos.

Si él supiera que "el sujeto Alfa", como ellos me llaman, está delante de sus narices, no estarían tan contentos.

—En cuanto acabemos con borrar la memoria de este, le ordenaremos que busque al Alfa.