Me encuentro en un serio dilema. ¿Cómo supe que soy gay? Pues fácil, un día estaba viendo a los jugadores de rugby del instituto debido a que erróneamente pensaba que me atraía el juego. No pude estar más impactado al descubrir el cosquilleo en el estómago que me generó el abdomen marcado de uno de los chicos del equipo cuando se levantó la remera para secar el sudor que se deslizó por su frente.
Ahí fue cuando supe que no había punto de retorno para lo que soy.
Estoy harto de ocultarlo, es por ello que quiero que todos se enteren de que me gustan los chicos. Sin embargo, tengo miedo de que todos me señalen con el dedo y se rían de mí. A pesar de estar en el siglo XXI, no es fácil ser abiertamente gay en una sociedad que no da indicios de evolucionar.
En medio de aquel pensamiento en la clase de economía, miro por la ventana para perderme en el paisaje que, para mi mayor satisfacción, da a la cancha de rugby. No obstante, mi vista es apenas capaz de visualizar algo debido a las enormes gradas que limitan el perímetro que busco desesperadamente ver todos los días.
En aquel intento de espía, me doy cuenta de que alguien está caminando detrás de las gradas hacia un lugar que no sabría decir. Su andar despreocupado, anchos hombros y ropa oscura, me indica que el sujeto de mi análisis no es otro que Stixx Rowen, claro que aquel cabello completamente verde ayuda a identificarlo también. Ese chico es uno de los más temidos del instituto. El gruñón. El intolerante. El delincuente juvenil. El matón de los pasillos. Esos y otros más son los apodos por los que se lo conoce. Si tan solo pudiera salir del clóset teniendo a un novio como él, nadie se atrevería a molestarme.
¡Eso es! Una idea descabellada y totalmente suicida vino a mi mente en un segundo. Debo conquistar al chico más temido del instituto y hacer que me proteja, así nadie se animará a hacerme algo malo. Debo enamorar a Stixx Rowen.
Okey, ya sé que dije que debía enamorar a Stixx Rowen, pero seamos realistas, solo soy un enano debilucho que no levanta piropos ni de una mosca, así que, ¿qué probabilidades hay de que pueda conquistar a alguien que solo sabe usar los puños como medio de comunicación? Ninguna.
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El capricho de Daniel
Teen Fiction«Estoy desesperado. Harto de ocultar quien soy, pero tengo miedo de que me señalen con el dedo y se rían de mí, si tan solo pudiera salir del clóset con un novio rudo a quien nadie se atrevería a molestar. ¡Eso es! Debo conquistar al chico más temid...