Capítulo 25

16.9K 1.9K 997
                                    

Han pasado dos semanas desde que hablé por última vez con él y cada día es peor que el anterior

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Han pasado dos semanas desde que hablé por última vez con él y cada día es peor que el anterior.  La sonrisa de Daniel ya no es aquella que le llega hasta los ojos y los hace brillantes, es solo ligeramente cálida y superficial. Sé que sus amigos notan que está dando lo mejor de sí, pero todos sabemos que no es fácil. Sin embargo, el acoso que recibió se calmó en gran medida, incluso suspendieron al tal Zack y los que estaban con él, aunque yo me llevé parte del regaño por haber respondido con violencia, pero, ¿qué se supone que debía hacer? ¿Quedarme con los brazos cruzados mientras lastimaban a Daniel? Jamás lo iba a permitir.

Mi castigo fue quedarme sin permiso para poder llegar tarde, no lo necesitaba de todos modos, era solo un favor que me hacía el padre de Dom por ser amigo de su hijo. Aunque como están las cosas, ya no hay punto de retorno. Soy un completo imbécil que reacciona antes de pensar y arruina la vida de los demás.

Días después del incidente de Daniel, finalmente me di cuenta que tal vez pude haber hecho mejor las cosas. Vamos, sé que ese niño consentido es todo un manipulador, pero no todo se sintió falso, hubo momentos en que parecíamos encerrados en nuestra propia burbuja. Aunque aún queda en tela de juicio el que me haya mentido sobre mi hermano.

¡Ah! ¡Estoy tan confundido! Quiero seguir enfadado, pero recuerdo sus ojos llorosos y siento remordimiento, quiero alejarlo, pero también consolarlo. ¿Qué está mal conmigo? Me hizo más daño a mí que yo a él, no sabe hasta qué punto me llegó a desequilibrar.

Como si mis pensamientos lo hubieran invocado, lo veo entrar junto con aquel chico de ojos azules que siempre anda atrás de él desde que empezaron los rumores, aquel idiota que le dio su primer beso. Daniel lleva una gorra para tapar su cabello llevado al ras, el cual se lo cortó para no tenerlo desproporcionado. Me gustaba aquel desordenado y ondulado cabello y si viera de nuevo al maldito de Zack, lo golpearía de nuevo, a él y a sus cómplices.

Al entrar, otros estudiantes le dan un volante de algún evento que se organizará en el instituto y él sonríe agradecido, pero es la misma sonrisa sobria y seca. El tal Greg le dice algo al oído y vuelve a reír, pero esta vez más animado. Al menos parece superar lo ocurrido, verlo un poco feliz de nuevo me pone contento aun cuando se supone que debo estar molesto con él.

—¿Puedes dejar de parecer un zombie acosador y hablar con él de una vez? —me dice Dominik desde atrás logrando avergonzarme un poco al ser descubierto in fraganti.

—No sé de qué me hablas —murmuro molesto llevando las manos a los bolsillos de mis pantalones.

—¿Aún sigues en negación? —dice lanzando un suspiro— Lo tuyo sí que toma su tiempo.

—Deja de fastidiar, Dominik —respondo molesto con sus palabras—. No estoy en ninguna negación.

—Eso es lo que quieres creer.

—¿Y a ti que te importa? —me volteo antes de que Daniel pueda verme y me voy a clases, ya que ahora no hay manera de salvarme siendo que el padre del chico que ahora me sigue los pasos como si fuera lo más normal del mundo, ya no puede ayudarme—. No me sigas.

El capricho de DanielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora