Capítulo 13

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Rowen me mira a los ojos mientras toma su teléfono celular con soberbia

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Rowen me mira a los ojos mientras toma su teléfono celular con soberbia. Yo me quedo con un poco de nervios por el trato que estamos haciendo. Por un lado, siento algo de arrepentimiento por lo que va a hacer, pero no pensé que escogería la primera opción. Las cosas siempre parecen más fáciles en mi mente.

Marca un número telefónico que no puedo ver desde aquí y se queda en silencio esperando una respuesta. Yo muevo los pies con expectación y mis manos parecen no querer quedarse quietas.

—Hola, ¿mamá? —habla Rowen casi casi con el mismo tono que utiliza conmigo—. Sí, estoy bien, por cierto, ¿tienes diez mil dólares?

Rowen aleja el celular de sus oídos mientras rueda los ojos, resulta evidente que la mujer está vociferando a todo pulmón. Después de un momento, lo vuelve a acercar al oído. Me pregunto dónde estarán sus padres y por qué ellos tienen dinero y él no.

—No. No es nada ilegal. Sé que papá  y tu ahorraron todo este tiempo para que vaya a la universidad con ese dinero —suspira—. Pero el problema es que hay un chico que secuestró a Dorothy y a cambio de devolverla quiere diez mil dólares...¿Otra opción? Sí, es eso o que salga con él...¿Cómo que en qué sentido? En sentido de que serás suegra de un enano escuálido y que solo sabe revolotear a mi alrededor... ¿ya mencioné que es hombre?

Rowen vuelve a guardar silencio y escucha con atención lo que sea que está diciendo su madre. ¿Por qué tiene que hablar tan mal de mí? Si quiero conocerla en un futuro, esto no ayuda. Por otro lado, ¿en verdad me dará ese dinero? ¿Qué haré con tanto? Solo se me ocurre comprar una bicicleta de oro o algo así. Sí, eso haré.

—¿Qué? Mamá no tiene nada que ver con él, fue hace años. ¿Cómo crees que podría hacer lo mismo? —Mis oídos crecen el doble de su tamaño para poder escuchar esta parte. De quién está hablando. ¿Acaso tengo otro rival en el amor aparte de Dorothy?

El no dice nada más por varios minutos hasta que vuelve a hablar.

—¿Estás loca? ¡No pienso presentártelo! —Rowen me mira como si yo tuviera la culpa de todo lo que le está pasando. Ah cierto, la tengo—. ¿Me darás el dinero o no? ¿Hola? ¿Mamá?

Rowen toma el celular como para tirarlo al piso, pero lo piensa mejor y no lo hace. Vaya, pensé que solo yo podía sacar a Rowen de sus casillas, pero por lo visto no es así.

Él va de un lado a otro como si estuviera pensando en una alternativa, aunque solo hay una y es la que he deseado desde que posé mis ojos en él.

Me mira con hostilidad como siempre, aunque ya casi no hace efecto en mí. Casi. Le devuelvo la mirada y sonrío triunfal. Me encanta cuando las cosas salen como yo quiero.

—¿Te das cuenta de que me estás chantajeando verdad? —intenta persuadirme.

Mi sonrisa se tensa por la culpa, pero no puedo darme el lujo de retroceder. Ya casi puedo saborear la victoria, y tiene sabor a los besos de Rowen.

El capricho de DanielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora