Capítulo 14

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El resto de mis clases la pasé tan aburrido que por poco me quedo dormido sobre el pupitre

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El resto de mis clases la pasé tan aburrido que por poco me quedo dormido sobre el pupitre. Greg no me dirigió la palabra en todo el día y en el receso se fue junto a su novia y ni miró hacia mí, ¿tanto se molestó conmigo? Entonces yo tampoco le hablaré, después de todo, lo que dije es verdad.

Dominik no se apareció por ningún lado tampoco y yo que quería preguntarle más cosas. A Rowen, como siempre, no se lo vio desde la primera hora. ¿En verdad está cursando el año escolar? Ya estoy empezando a dudar, no quiero un novio que a los treinta aún vaya a clases.

La única compañía que me queda es Dorothy, a quien le encantaba camuflarse en mi bufanda. Ah, claro, casi me olvido de Leah, la chica pelirroja no se despegó de mi desde la escena del baño. ¿Por qué yo? Esto me pasa por ser amable. No lo volveré a ser jamás.

—¿Dani, me acompañas a comprar un labial nuevo? El mío ya se está acabando —me pregunta Leah a la salida del instituto.

—No puedo, tengo cosas que hacer —le daría el de mi hermana, pero me vería raro sacando un labial de mi mochila.

—¿Qué es eso tan urgente que tienes que hacer? Anda, vamos, ¿sí? —me jala del brazo a la par que cruzamos las rejas para salir a la calle.

Paramos en seco al ver a Rowen con los brazos cruzados recostado sobre el muro que hacen de murallas. Parece estar esperando a alguien. Al verme, desdobla los brazos y los pone en el bolsillo de sus pantalones para dirigirse hasta nosotros.

—¿Por qué mierda te tardaste tanto? —me regaña nada más estar cerca.

—¿Disculpa? Dani y yo iremos de compras. Permiso —agrega Leah estirandome del brazo. Rowen no se lo permita y me toma del otro.

Creo que tengo un deyavú.

—Vaya, pero si es la salsa de tomate berrinchuda. ¿No te cansas de fastidiar? —pregunta Rowen con hostilidad. Tal y como la otra vez, hay un grupo de personas mirando la escena.

—Al parecer tu cabeza de brócoli no te deja entender que Dani es mi amigo. Tú eres el que sobra aquí.

—Vamos chicos, estamos haciendo una escena —Al parecer soy el único cuerdo aquí. Que ironía.

—Tú me tienes que devolver algo o no hay trato —me amenaza Rowen. Ups, es verdad.

—Dani, ¿no quieres venir conmigo? —Leah me hace unos ojos de cachorrito y hace un puchero con los labios. Me da pena elegir a Rowen por segunda vez antes que a ella, pero es eso o dar de baja mis planes—. ¿Ya no quieres ser mi amigo? Lo siento, solo molesto a todos —Los ojos de Leah empiezan a aguarse y me es imposible dejarla sola. ¿Qué tanto puede tardar una chica en comprar algo?

El capricho de DanielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora