36 - Proceso sin progreso.

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- Alejandra, cálmate por favor.

- Me cuesta Felipe, entiende me cuesta demasiado.

- Lo sé, yo sé que te cuesta pero mira esa no es una manera de reaccionar te conosco de hace años y podría tomarme el atrevimiento de decir que tú no eres así, no eres de esa manera estás reaccionando mal y eso te hace demasiado mal a ti, mira estás tiritando.

- Pero es que me da rabia Felipe me da rabia, no sé porque razón pero siento un vacío en mi alma, un vacío que nadie puede llenar nadie.

- Te entiendo, pero yo venía a decirte algo.

- No tengo plata para pasarte, no te puedo dar alojo en la casa, no puedo hacer nada.

- No, tonta si no es eso, tengo que darte una noticia.

- ¿Qué sucede?.

- Me voy.

- ¿Para dónde?.

- Estados Unidos, pienso regresar allá tengo la plata y ya está desicido fué un error regresar a Chile y tú mejor que nadie lo sabe.

- ¿Por qué esa desición?. Si es por mí, te pido que por favor no hagas caso.

- No es por tí, nada podría ser por tí. Te quiero demasiado cómo para quedarme aquí y hacerte daño.

- No me haces daño, te quiero caleta y tú lo sabes.

- Lo sé, obvio que lo sé.

Felipe me abrazó y yo también a él cuándo Chris llega a la pieza.

- Interrumpo algo.- respondió Chris.

- Amor, no estaba hablando con Felipe.

- ¿Desde cuándo hablar es mediante abrazos Alejandra?.

- Chris, Felipe me estaba dando una noticia simplemente.

- Chris, hermano la Ale se puso demasiado mal la llamó la mamá.

- Cállate que estoy hablando con ella no contigo hueón.

- Oye, ¿qué cresta te hice a tí para que me hables de esa manera?.

- Ya, cálmense, Felipe solamente vino a decirme que se iría a Estados Unidos definitivamente.

- Por fin.- respondió Chris.

- Alejandra, hablamos otro día, cuídate dale saludos a mi ahijada.-respondió Felipe despidiéndose.

- Okey, adiós.

Felipe sin más que decir se fué y quede solamente yo y Chris en la pieza.

- Ahora me podí decir, que cresta te pasa Alejandra.

- Haber, perdón bájame el tonito Chris.

- ¿Por qué cresta estabay abrazando al Felipe?.

- Ya te dije, Felipe se vino a despedir de mí.

- ¿Era necesario ese abrazo?.

- Ay, Chris si vas a empezar así yo mejor me voy de verdad, iré a dormir con la Samanta.

- No, tú no vas para ningún lado.

- Permiso Chris.

- No, tú no vas para ningún lado.

- Perdón, desde cuándo tengo que pedirte permiso a tí para poder hacer cosas.

- Eres mi esposa y me perteneces.

- No, tú no tienes carga sobre mí por favor correte que necesito pasar.

- No.

Sin más que decir Chris me tomó en brazos y me lanzó a la cama, se subió encima mío su aliento a alcohol cubría mi boca.

-Suéltame.

- Tú eres mía, de nadie más.

- Suéltame Chris.

- No, quédate tranquila.

- ¡SUÉLTAME!.

Pude ver sus ojos con rabia, como pude me solté y le pegué en su entre piernas para luego salir arrancando. Sentía sus pasos detrás mío cómo si quisiera matarme, hasta que escuché un Alejandra, Alejandra.

- ¡ALEJANDRAA!, despierta.

Mierda.

- ¿Qué me pasó?.

- Alejandra por el amor de Dios, te desmayaste después de que tu mamá colgó.

- Mi cabeza, me duele demasiado.

Sentí sonar la puerta.

- ¡ES CHRIS!.- dije asustada.

- No, cómo se te ocurre, Chris está en el hospital ¿qué te sucede Alejandra?.

- Pase.

Abre la puerta y era Sara, venía con una taza con remedios naturales y unos calmantes.

- Gracias Sara.- respondió Felipe.

- Justo necesitaba un calmante.

- Cuéntame ese sueño.

- Es raro, pero estábamos hablando tú  y yo, me contabas que te hibas para Estados Unidos y llegaba Chris y nos veía abrazandonos y después te hibas y se ponía cómo loco y me tiraba a la cama y me daba besos a la fuerza, fué demasiado raro me da para pensar.

- Yo creo que es por todo lo que has pasado últimamente, Chris es demasiado tranquilo y no te haría daño núnca jamás en la vida menos él, ese hueón te ama con la vida Alejandra.

- Sí, pero no sé me llegué a sentir rara.
- Te creo, debe de ser el susto que te dió.

- Sí.

Al recuperarme me acosté necesitaba descansar y despejar mi mente pero no podía olvidar la reacción de Felipe, sé que es solo mi amigo, pero me cuida más que a nadie en este mundo.
Me levanté algo mareada y fuí a atender el timbre de la casa ya que sonaba hace mucho rato y nadie había ido a atender. Al abrir la puerta me llevé una gran sorpresa.

- Bárbara, ¿qué necesitas?.

- Te seré bien sincera.

- Okey.

- Mira cuica de mierda, Chris era mi pololo era mi novio era él, la persona que yo necesitaba en mi vida y en todo y tú llegaste a estorbar lo que yo y él ya habíamos creado era algo super lindo algo maravilloso hasta que tú le moviste la raja, deja de ser tan puta y por favor sal de la vida de mi pololo.

- Mira enfermita.-dije tocando su frente con mi dedo. Primero que todo ¿quién chucha te creí tú para venir a tratarme de esa manera y en mi casa?, lávate primero la raja para venir a hablarme y después te creo, hasta acá se te siente el olor ediondita.
Segundo, Chris llegó a mi vida no yo a la vida de él nos conociamos desde pequeños pero nunca nos habíamos dado cuenta hasta que hicimos un recuento de todo, tú nunca lo viste llorar nunca lo viste débil, ¿algúna vez lloró en tus brazos hasta quedarse dormido?, ¿después de hacer el amor te dijo una y otra vez que te amaba?, ¡NO! porque a las putitas como usted mi reina no se le debe respeto, que cara tení para venir a decirme aquí lo que tengo y lo que no tengo que hacer tú lo cagaste como quisiste quizás que enfermedades tení cochina de mierda.

- Y quién te creí vo.- dijo levantandome la mano.

- Hey, a mi no me escuchaste no sabes de lo que soy capáz tengo muchos contactos para meterte al manicomio enferma de mierda, te imaginas algo que nunca sucederá en tu vida estúpida ahora ándate de mi casa o te saco a patadas.

Se dió media vuelta y se fué sin decir nada más.

Del hombre que me enamoré.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora