Capitulo 6: Oveja negra

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Me encontraba llorando en el sillón acostada boca abajo, abrazando una almohada, apenas podía creer en que mis padres me hubieran entregado a mi hermana como si fuera un simple objeto.

Mamá, Papá ¿Porque me hicieron esto? Soy su hija.

-Paulina: Hanna por favor perdoname por decírtelo así te juro que no era el momento si no hasta que te adaptaras un poco...

Ella estaba parada frente al sillón tratando de calmar las cosas pero yo no quería escucharla.

-Oh callate de que seguro lo disfrutaste como nunca, siempre te a gustado hacerme sentir mal y lo lograste me siento pesimo.

Dije eso con un nudo en la garganta y volviendo a llorar, no podía dejar de hacerlo.

-Paulina: Sabes que lo mejor será que te deje sola para procesar todo pero eso no significa que te salvaras de estar castigada, es decir,  no puedes atacar de esa forma solo porque sí, será una semana sin salir a para nada.
Su voz era calmada pero autoritaria yo solo me levante para quedar sentada en el sillón y decir entre lágrimas lo que debía decir en forma de reproche.

-Eres una idiota, solo te importa castigarme cuando ni siquiera me has preguntado porque lo hice ¿El uniforme mojado y con olor a mierda ni te dice nada? Lo hice para defenderme porque me humillaron gente a todas porque se burlaron.

-Paulina: Si,  ya supe lo que pasó por eso exiji que también suspendiaran a esa niña que fueran justos por lo que te hizo pero yo prometi que empezó encargaría que no volvieras a hacer algo así y eso haré así que estas castiga.

Le avente un cojín y este le callo en el pecho antes de que callera lo tomó en sus manos suspirando.

-Paulina: Madura de una maldita vez Hanna.

Sin más se fue a su cuarto y yo me quedé en el sillón llorando.

(...)

-xxx:  Bien entonces ya sabes como quiero el café y no quiero errores ¿eh?

Dijo el joven con autoridad y se marcho, suspire frustrada y fui al comedor a preparar el maldito café.

Sin duda odiaba este trabajo y más a este tipo de empleados que me trataban como si fueran mis superiores pero yo les daría un escarmiento.

Me fijé que no hubiera nadie en el comedor e hice el café tal cual lo pidió pero al finalizar lo escupi y le puse un poco de sal en vez de azúcar y lo lleve.

Fui a la oficina de este fulano y toque la puerta.

-xxx:  Pasen.

Entre y estaba sentado tras su escritorio trabajando en si computadora le entregue el café lo probó escupiendolo enseguida.

-xxx: Eres una maldita mocosa ¿Como te atreves?

Se levantó furioso el café estava horrible y solté una carcajada.

-Si soy una maldita mocosa pero esta mocosa sabe desquitarse así que a la otra se más gentil porque te juro que esto te sabrá a dulces comparado con lo demás si vuelves a ser grosero.

Me fui de ahí con dignidad sin antes decir.

-Si vas de chismoso con mi hermana diré que quisiste hacerme daño.

Eso lo dije como amenaza y resultó se quedó callado,  claro en un despacho de abogados de alto prestigio se vería muy mal que una joven de 14 años fue acosada y dañada por uno de  sus abogados.

Fui a mi pequeño cuarto de trabajo y me senté en la silla junto a la copiadora esta siendo un  día agotador y apenas es lunes,  maldita s es la hora que vine aquí en mi otra casa seguro estaría planeando salir de compras con Samanta o salir a cenar con Fabián.

Tras los pasos de mi hermanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora