Capitulo 19: Lo que pasa en la fiesta se queda en la fiesta

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Entro al auto sentandome en el asiento del copiloto, me quedó mirando al horizonte sin decir nada.

Paulina deposita un beso en mi mejilla como lo hemos estado haciendo cada vez que nos vemos en la noche y pasa a recogerme pero esta vez yo no le regreso el beso estoy pérdida en lo que me dijo Alejandro hace unas horas.

-Paulina: Muero de hambre ¿trajiste comida?

Le pasó la bolsa de sobras que normalmente llevo, es decir lo que los clientes dejan intacto porque es demasiado y lo pongo todo en unos toppers, eso cenamos o por lo regular yo ya eh comido algo quitando lo más rico para mi pero esta vez no.

-Paulina: Mmm amo estos dedos de queso y ese toque de parmesano con salsa de tomate lo hacen mejor.

Dice saboreandose la comida, si los eh probado pero esta vez no quise comer nada, se me fue el apetito con la visita de ese cliente inesperado.
Estamos estacionadas aún afuera del restaurante, está por llover puedo ver a Jessica y Mateo saliendo juntos con impermeables corriendo a la parada del autobús ya que este acaba de llegar.

-Paulina: ¿No vas a comer nada?

-No tengo hambre ¿Podemos ir a casa por favor? Estoy cansada hoy fue un día difícil.

-Paulina: De acuerdo sólo terminó este dedo de queso que tengo en la mano.

Se lo termina y arranca, yo me quedo mirando a la ventana, viendo como las gotas de lluvia caen en el vidrio esparciendose en el hasta perderse.

-"Alejandro: Seras mía muy pronto pequeña Thompson. Ah y si se te ocurre decirle a tu hermana sobre esto te juro que corro de mi despachó y me encargo que su carrera que tanto adora se destruya ¿Enserio le harias eso a tu hermana? Por favor le sacas canas verder pero esto seria demasiado, asi qhe no sead mala hermana y guarda silencio o tu hermana la paga"

Muerdo mi labio inferior para no llorar no puedo decirle nada a Paulina, él dijo que si lo hacía iba a correrla del trabajo que se encargaría que nunca más la contratarán en ningún lado, ella ama su trabajo no puedo hacerle eso.

De sólo recordarlo, rozando mi antebrazo como agradecimiento por haberle llevado su comida me da escalofríos.

Me culpo a mi misma maldiciendome por no decir nada, por quedarme intacta como una idiota.

Pero el tiene el poder de ponerte nerviosa, de hacer que te quedes como una muñequita dejándote manipular.

Me bajo del auto una vez que llegamos le digo a Paulina que sólo quiero descansar y me voy directo a mi cuarto a echarme a la cama, me hago bolita para sentirme protegida en esta fría habitación.

Indefensa e impotente es como me siento en este preciso momento.

Me quedo dormida, no lloré sólo permanecí en silencio pensando en las mil maneras que Alejandro puede atacarme, pero este es el peor de los llantos

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Me quedo dormida, no lloré sólo permanecí en silencio pensando en las mil maneras que Alejandro puede atacarme, pero este es el peor de los llantos.

Tras los pasos de mi hermanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora