Capitulo 10: Especial Paulina

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Dedicado a giselaaa01 que me pidió este capítulo.

Ese mismo día de lo ocurrido a Hanna.

Conocí a Miguel en la universidad, gracias a él conocí lo que era la adrenalina de subirse a una patineta y rampas.

Era increíble me enseñó a divertirme y tuve esa etapa rebelde en su momento solo que ninguno de mi familia lo supo.

Una vez termine la preparatoria deje mi ciudad natal y vine a Nueva York a ser abogada, papá me cumplió mi sueño estuve en la mejor universidad me compro una casa la cual aún está a su nombre un carro para que su princesa viviera bien.

Obviamente me siguió pagando mis alimentos y gustos, además de encargarse de los gastos de la casa.

En fin fue increíble por fin dejar la casa donde una molestosa niña me quitaba mi lugar de hija única, ya podía dejar de ser perfecta.

Papá nunca me exigió que lo fuera pero yo lo hacía por gustó además debo admitir que antes amaba que me pusieran de ejemplo para Hanna eso me hacía sentir poderosa.

Ahora me arrepiento.

En fin conocí a Miguel en la universidad con el perdí mi virginidad y se convirtió en un gran amigo, algo que nunca nadie sabe es que estuvimos a punto de casarnos pero las cosas se complicaron así que al terminar de estudiar cada quien tomó su rumbo.

Fue tan difícil para mi conseguir trabajo, por ser mujer me pagaban menos o por no tener experiencia no querían contratarme.

Yo me había esforzado tanto en mis estudios tenía excelentes calificaciones pero en el mundo real al parecer no importaba.

Así que si llegue al mejor despacho de abogados de la ciudad a pedir trabajo pero el jefe, el dueño del lugar no quería contratarme como abogada sino como la asistente de uno.

Cuando me rehusé me propuso un trato, ser su muñequita perfecta a cambio de un buen puesto y los mejores casos que me dejaran mucho dinero.

En su caso muñequita perfecta significaba como mujer de compañía con los frutos inversionistas asi como en la cama.
Solo sonreír y callar como buena muñequita dejándote mover al antojo del dueño.

Acepte.

Ahora estábamos sentados los tres en la mesa y Hanna sólo jugaba con la comida picandola con el tenedor.

-¿No vas a comer? Es raro porque tu siempre quieres comer.

Trató de ser divertida, llevo dias intentado acercarme a ella preguntándole sobre su día, sus amigas o su tarea pero ella solo me responde de forma corta o sarcástica.

-Hanna: Pues ahora no ¿De acuerdo? Así que deja de meterte en lo que no te importa.

Contesto molesta e hizo el plato al frente alejandolo de ella.

-Basta Hanna hay visitas.

Dije entre dientes señalando con la cabeza a Miguel.

-Hanna: No me importa y ya no quiero comer.
Todo es tu culpa si no hubiera venido aquí nada hubiera pasado.
Sino fueras tan perfecta.

Tras los pasos de mi hermanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora