1. Robin.

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Dos años después


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— ¡Hope!— me nombra, Hayley, mi hermana mayor, al verme en el jardín.— ¿Te estaba buscando por toda la casa? ¿Qué demonios haces aquí?

Era evidente que yo estaba enterrando algo en nuestro jardín mal podado y Hayley me salía con esa pregunta tan absurda.

— Estoy de parlanchina con las luciérnagas.— contesto sarcástica mientras sigo cubriendo el pequeño hoyo que hice con la tierra removida.

— Bien, no te interrumpo más, solo avísame cuando salgas de casa, sabes que odio cuando no sé dónde estás, creí que estabas viendo televisión y date prisa que debes darte un baño para cenar, estás muy sucia.

— Ah, claro, Hayley.— le sonrío.— Solo voy a meter mi bicicleta al garage y entro de nuevo a la casa.

— Bien.

— Oye, Hal...— la nombro y ella vuelve a verme.— ¿Tú sabes algo sobre las personas que están desapareciendo misteriosamente?— pregunto curiosa al recordar vagamente la conversación de dos niñas en mi escuela.

— No, no tengo idea.— contesta.— ¿Por qué?

— Solo tenía curiosidad, ¿Qué cenaremos?

— Brócoli al vapor y pollo asado con jugo de remolacha.

— ¡Eww!— arrugo mi nariz.— Yo quería pizza o tacos, ¡Oye, tengo una idea!— chasqueo los dedos.— ¡Tomemos dinero de mi alcancía y pidamos pizza!— exclamo entusiasta en tanto extiendo mis manos hacia los costados y ella niega con la cabeza.

— Tus ahorros se fueron en la reparación del vidrio de la ventana de la vecina que rompiste el mes pasado.— me recuerda.

— Ah...— suspiro desanimada.— Okay, será brócoli entonces...— dije resignada haciendo un gesto de vómito.

— Así es, mejor resignate. Quizás así aprendas a no hacer más travesuras.

Mi hermana vuelve a la casa riendo y negando con la cabeza, yo me dirijo hacia mi bicicleta para levantarla del suelo y llevarla a su lugar.

Sé que en algunas veces a Hayley no le gusta cuidarme, porque si lo hace no puede salir con sus amigas pero no le queda de otra, el trabajo de mamá es nocturno. A mí tampoco me queda otra opción, no tengo amigos con quién estar, solo a Tim pero él es muy estudioso y casi no tiene tiempo y sobre el resto... Soy demasiado fastidiosa como para tener más amigos.

Bah, en serio, en serio quería comer pizza, con el queso casi derritiéndose en el pan... Mi deliciosa imagen mental de esa pizza fue interrumpida abruptamente por el fuerte sonido de una tos. Miré instintivamente al protagonista de tan escandalosa tos, no lo podía creer era ¡Robin! ¡ROBIN! EL JÓVEN ICONO DE GOTHAM.

Iba desmayarme sobre mi bicicleta por la emoción... Pero me mantuve firme y tranquila.

— Ayuda...— jadea el heroico chico de la ciudad, viniendo acá a pasos débiles.

Solté mi bicicleta y corrí hacia él.

— ¿Qué te pasó, Robin?— pregunto mientras intento ayudarlo a caminar.

— Me dieron una paliza...— responde entre quejidos.— Batman no tardará en llegar por mí... Pero, ¿Podrías darme agua? Por favor...

— Suena terriblemente doloroso.— hago una mueca al ver como se toca la costilla, costilla que seguramente tiene rota.

𝐴𝑆𝑆𝐻𝑂𝐿𝐸; 𝖩𝖺𝗌𝗈𝗇 𝖳𝗈𝖽𝖽/𝖣𝖺𝗆𝗂𝖺𝗇 𝖶𝖺𝗒𝗇𝖾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora