|42. Mutual trust

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| Damian Wayne |


¿Pero qué me pasa? ¿Por qué lo dudé? Claro que no le contaría algo así a Osterman...

— Ese día...— habla la rubia en voz baja y yo la miro inmediatamente con mis ojos entornados.— pude ver en el rostro de los tres algo nuevo, como un problema o incomodidad entre ustedes, ¿Pasó algo, no es así?

— Estábamos en peligro, obviamente íbamos a actuar extraño.— argumento.

— Batman... no parece ser alguien que se pone extraño cuando esta en peligro y tampoco tú, pero, no insistiré.— bufa Osterman y yo me tranquilizo.— pero...— mis ojos se desorbitaron al oir eso.

— ¿Pero?— alzo una ceja.

— Cómo es que alguien como Margot qué, me confeso ser un tanto insensible, lloraba ese día, ¿Volvió con su madre? Yo quiero al menos saber si esta bien.— respondió muy sincera.— En realidad me gustaría saberlo.

— Ella está bien.— afirmo.

Osterman entrecierra los ojos y me mira con suspicacia, su mirada acechante me hizo tragar saliva.

— Okaaaay.— murmura no muy convencida.— Okay. Okay.

— Bien, yo me retiro. Solo quería saber si estabas mejor y...

— No sé, Damian, estás actuando muy raro, me cuesta mucho creer que viniste a mi casa solo a verme, y me cuesta aún más creerte con esa una actitud tan misteriosa, algo ocurre contigo y no eres capaz de compartirlo.— me recrimina con su voz más seria en tanto cruza sus brazos.— respeto que no quieras contarme pero... no te mientas a ti mismo.

Sus palabras me habían caído como un balde de agua fría, no tenía una reacción natural para ello.

— Hasta luego.— dije y salí de ahi.

— Adiós y gracias por tu visita.— me dijo con algún tipo de sentimiento contradictorio, era como si estuviera feliz y confundida a la vez.

No hice nada más que asentir con la cabeza y terminar por irme. Caminé a zancadas hasta la puerta. Salí de la casa de Osterman, no mentiré al decir que mi corazón latía con mucha fuerza. Este vecindario luce pacifico y muy limpio, es agradable a la vista.

— ¡Damian!— grita Hope tras de mí.

— ¿Qué ocurre?— respondí sin dar media vuelta pero ella apareció frente a mi en poco tiempo.

— No te creo nada.— dice con firmeza.— Tú sabes qué pasó con ella, dímelo o... o... te golpeo.— amenazo como el personaje más rudo que describiera un personaje de cuento infantil.

Sonreí sin controlar ese sentimiento.

— ¿Acaso crees que puedes golpearme y vivir para contarlo?— la cuestione con una sonrisa burlona.

— Oh, bien.— ella rueda sus ojos y cruza los brazos.— ¿Acaso juegas conmigo, mono de circo?— dicho eso la rubia procedió a empujarme.— ¿Quieres molestarme a domicilio ahora? Tú... me confundes, primero pareces ser un amigo o una especie de aliado pero luego eres distante y raro y vienes a mi casa a preguntar cosas y... ¡DEMONIOS!— bufa e intenta calmarse después.— Prefiero jugar con ping alto que intentar entenderte, me duele la cabeza cada vez que pienso en ti... solo dime, ¿Qué quieres realmente de mi, Wayne?

La rubia frente a mi parecía realmente molesta y eso me hacía sentir un imbecil pero no iba admitirlo. No ante ella, así que me pareció mejor ser franco.

— Lamento la confusión.— murmure con la cabeza gacha.— Si soy sincero solo quería salir un momento de mi casa con alguna buena excusa... tienes razón, yo sé dónde está Margot.

𝐴𝑆𝑆𝐻𝑂𝐿𝐸; 𝖩𝖺𝗌𝗈𝗇 𝖳𝗈𝖽𝖽/𝖣𝖺𝗆𝗂𝖺𝗇 𝖶𝖺𝗒𝗇𝖾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora