17. Deal

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— Recién me enteré ayer de que tu madre está comprometida con Harvey Dent.— asiento ceñuda.— ¿Qué opinas de Harvey Dent?

— Lo odio.— afirmo.

Me limpio las lágrimas aunque ya he dejado de sollozar, esto parece merecer atención.

— Tenemos esa afinidad, Hope. Su postulación como alcalde de Gotham perjudicará al gobierno de mi esposo y sus planes a futuro, sus convicciones son lo opuesto a las de mi marido si es que él llega a ganar.

— ¿Ese tipo? No creo que gane.

— Lo mismo dije.— susurra sacando un cigarrillo de su bolso.— Pero en las encuestas tuvo resultados positivos, pasa que el galante rubio tiene su popularidad. Cuenta con el apoyo de las personas. Si hay posibilidades para él, créeme.— ella logra encender el cigarrillo con su zippo.

— ¿Y qué puedo hacer yo?

— Iremos por fases, aunque solo sean tres. Fase número 1: Hoy firmaré unos papeles, que ceden tu custodia a mí. Eso será para darle un escarmiento a tu madre.

— ¿Y viviré contigo a partir de hoy?— arrugo las cejas.

— No, te reclamaré un día antes de las elecciones.— exhala el humo del cigarrillo.— Pero hasta entonces quiero que estés con tu madre y Dent, oyendo lo que se dicen y vendrás a contarmelo, cada movimiento, cada cita, ¿De acuerdo?

— ¿Y qué pasará con papá?

— Hace una semana, se convocó un tercer juicio para su caso, ampare por tu padre.— y a medida que habla más duro se volvía su gesto.— tu madre estuvo allí, su testimonio era muy importante para la reducción de sentencia de tu padre pero ¿Adivina qué hizo tu madre? Lo acusó de un nuevo cargo en el cuál tu padre resultó culpable, alargando así su sentencia a dos años más. Tu padre estaba esforzándose por salir con buen comportamiento, siguiendo las reglas.

Aprieto la quijada de tan pura y resplandeciente irá.

— Cuenta conmigo. Arruinaremos la carrera de Dent y a mi madre también, ella no será feliz.

Tía Rousse sonríe de lado... debo decir que siento mucha rabia, es un sentimiento desmedido que incluso pone mis bellos de puntas.

— Sabía que entenderías. Tú me ayudas a mí, y yo a ti, sacaremos a tu padre pronto, ya verás. No hay nada que el dinero no pueda lograr.— levanta una ceja y pone su cigarrillo en sus labios.

Y como ella dijo, una hora más tarde se firmaron los papeles que cedían mi custodia a ella, cosa que acepté encantada frente al abogado, sabiendo que estaba mal con mi mente nublada por la irá y la tristeza solo pensaba en joder a mamá incluso cuando una pequeña parte de mi también se destruía, porque sin saberlo había convertido a la vieja Hope en una reliquia de odio que se sumergía en la autodestrucción.

Mamá no podía ser más detestable para mí en estos momentos, ¿Por qué tuvo que hacerlo? ¿Por qué a papá? Él solo intenta recuperar su vida, ¿No tiene derecho a eso o qué?


| Más tarde |


Luego de firmar los papeles, tía Rousse me llevaría con mamá.
Llegamos a la nueva casa a la cuál mi mamá y Hayley están mudándose, la propiedad de Dent, claro.

— ¡Hija!— mamá viene corriendo a mi en cuanto me ve salir del auto de mi tía.

Sabía cómo tenía el gesto en mi rostro cuando la veía, serio, lleno de coraje, como el de Merlina Adams quizás pero al ver a mi tía tras mamá recordé nuestros planes y forcé una sonrisa, la primera sonrisa falsa que he esbozado.

— ¿Estás bien?— pregunta abrazándome más fuerte.

— Si.— contesto fingiendo incluso la voz.

— No pude dormir en toda la noche pensando en ti, el señor Wayne dijo que pasaste la noche en su hogar. Discúlpame, no pensé en ti aquella noche, en como te haría sentir la noticia, perdóname hija.

— Por ahora solo debes pensar en tu hijo.— digo apartandola de mí.

— No seas tan hostil, Hope, no vez que será nuestro hermanito.— se anuncia una inusual positiva y sonriente Hayley.

Asiento para no decir nada sarcástico o hiriente, ese bebé no significa nada para mí.

— ¿Hope?— habla mamá.— ¿En serio estás bien?

— Si.— respondo con sequedad.— Tía, gracias por el helado y ese paseo.— miento.— y por traerme. Ayudo mucho, ¿Nos veremos luego?

— Claro, Hopie feliz.— enfatiza lo último como referencia a papá para asegurarse de que tenga presente el trato.

— Gracias, Rousse.— le dice mamá y tia Rousse solo sonríe con sutileza antes de marcharse.

— Hope, ¿No quieres ver tu habitación? Harvey y yo elegimos la decoración.

— Solo si no vomito.— digo muy bajo y ella ni siquiera alcanza a oír.

Aquí hay mucha gente moviendo y metiendo muebles, así como una decoradora de interiores dando órdenes.

— Ven, cariño.— mamá toma mi mano y me lleva al interior de la casa.

Subimos las escaleras y al final del pasillo encuentro mi dichosa habitación.

— Faltan algunas cosas...— dice abriendo la puerta.

Observo con mayor detalle al ver las paredes, rosas pastel con decoraciones idénticas a las que tenía en mi anterior, anterior casa, cuando papá aún estaba libre.

— Es bonita.— comento sin darle mucha atención.

— Harvey se esfuerza mucho por ganarse la confianza de ambas y quería que te sintieras cómoda en tu nueva habitación por eso la decoramos como tú primera habitación. Es más grande y pondrá una consola nueva para que invites a tus amigos a jugar.— dice emocionada y yo solo asiento a todo lo que dice en tanto observo todo, recordando lo que mi tía dijo, recordando el rostro golpeado de papá.— ¿Por qué no dices nada?— pregunta mamá ansiosa.

— No tengo ganas de hablar.— digo con simpleza.

— Mañana es tu cita con la doctora Quinzel.— comenta.

— Si.

— Espero ayude la sesión.

Asiento nuevamente y ella entristece un poco.

— ¿Quieres hablar de...

— No.— digo cortante.— Mejor ayudaré a desempacar.

Al menos eso mantendría mi mente ocupada. Salí de la habitación y bajé con el resto de los empleados a tomar cajas y a llevarlas dentro y todo iba bien hasta que aleatoriamente me tocó la caja con cosas destinadas para la habitación del bebé.
Entrar a esa habitación me resultó más espeluznante de lo que creía que sería.
Bajé lentamente la caja y observé la cuna... Toco la resplandeciente madera y me obsesiono por sentir más odio que ternura.
Por su causa mi madre se casara.
Por su culpa mi familia ya no existirá... Y también por culpa de mi madre, no solo por la del bebé.
Retrocedo hasta salir de la habitación.
Quiero irme de aquí, para siempre.

Al dar vuelta en el pasillo encontré a Todd y a mi hermana besándose de forma desenfrenada, acelerados entre besos y caricias, mientras él recorría el cuerpo de mi hermana con sus manos de forma pasional y ella correspondía también, apretando su trasero.

Preferí retroceder sin hacer ruido, no quería que hubiera otro momento embarazoso que nos ligara a mi y a Todd.
Entré nuevamente a la habitación del bebé y busqué la forma de salir.
La ventana fue la respuesta.
Ya no quiero estar en este extraño lugar...

𝐴𝑆𝑆𝐻𝑂𝐿𝐸; 𝖩𝖺𝗌𝗈𝗇 𝖳𝗈𝖽𝖽/𝖣𝖺𝗆𝗂𝖺𝗇 𝖶𝖺𝗒𝗇𝖾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora