𝐴𝑆𝑆𝐻𝑂𝐿𝐸; 𝖩𝖺𝗌𝗈𝗇 𝖳𝗈𝖽𝖽/𝖣𝖺𝗆𝗂𝖺𝗇 𝖶𝖺𝗒𝗇𝖾

21. The angry boy

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— Hola.— saludo sonriente, agitando la mano aunque aún me siento algo mareada por el efecto de la toxina de Crane.

El niño enojado no respondió nada, solo se mantuvo con los brazos cruzados y con sus cejas bien fruncidas, incluso parecía más molesto con mi presencia, presentía que se sentía un poco afligido pero molesto por algo que lógicamente desconozco.

— ¿Y Todd?— pregunto dejando de lado al niño enojado de ojos verdes.

Él fue mordido por esas personas y no supe más de él.

— Se encuentra con Alfred.— responde el señor Bruce, intentando mantener la calma.

— Ok. Iré a buscarlo.— digo rápidamente para ya irme.

Me voy a zancadas de allí, aquella atmósfera tenía un ambiente muy incómodo entre ambos y no era algo que me gustaba presenciar.
Y ese niño... ¿Por qué estaba enojado? Honestamente si me intriga saber.

¿Bruce adopta niños cada 2 días o como funciona su sistema de adquisición de Robins?
Sea como sea debería olvidarlo... Aunque no puedo del todo. Ese niño... Su cara, su expresión... su mirada... no sé. Ah.

— Señorita, Hope.— irrumpe la serena voz de Alfred en mis pensamientos sobre ese niño.— ya se puso de pie, me alegra mucho, creíamos que despertaría hasta el amanecer.

— Gracias, Alfred.— sonrío sincera por verlo.— ¿Sabes dónde está Todd o Barbara o Grayson?

— El amo Jason en su habitación.— contesta.— La señorita Barbara se encuentra abajo, en la baticueva con el joven Dick.

— Iré a hablar con Todd, entonces. Gracias, Alfred.

— De nada, señorita Hope. Si se le ofrece otra cosa, estaré en la baticueva.

— Claro. Gracias.

Alfred se va y yo me dirijo a la habitación de Todd que no está nada lejos, necesito saber qué pasó con él después de que bajé por el ascensor, ¿Me gritó? Según recuerdo que antes de bajar Todd me dijo algo pero no pude oírlo, tras la mordida el sufrió una serie de efectos que me preocupan, en verdad espero que este bien.

De hecho no recuerdo muchas cosas.
Toque la puerta de su habitación un par de veces.

— ¿Quién?— responde al otro lado de la puerta, con una ligera voz ronca y profunda.

— Yo.— contesto con obviedad.

Tarda un poco en abrirme la puerta, entonces lo veo con el cabello todo despeinado y sin camisa y con un pantalón deportivo, tenía los ojos enrojecidos.

— ¿Qué necesitas?— dice poco cordial con la puerta muy poco abierta, ocultando parte de la vista del interior de su habitación.

— Oh... pues, necesitaba saber cómo estás, me... Me quedé preocupada por ti... Te dejé solo y yo...

Él mira tras de él y luego regresa su mirada a mi, cerrando un poco más la puerta.

— Ahora no puedo hablar contigo. Mañana habláremos.— responde en una voz muy baja.

Él intenta cerrar la puerta y lo evito dando un suave empujón a la misma con mi mano.

— ¿En serio?— frunzo la cejas.— ¿Qué estás...?

— ¿Jason?— lo nombra mi hermana dentro de la habitación.— ¿Es Alfred?

Entorno los ojos e inconscientemente me cubro la boca, retrocediendo.