12. Little Bird? huh

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— Hoy haremos algo más ambicioso.— continúa hablando totalmente emocionado, con sus ojos tintineantes.— hoy pondremos en marcha el plan. Ya detecté posibles sitios en dónde pueden tener retenidas a las niñas.

Todd se expresaba con la misma energía que un niño presumiria su obsequio de navidad. Él estaba igual de emocionado que yo.

— ¡No puedo creerlo!— exclamo emocionada, cubriéndome la boca.— Esto si que mejoró mi día.

— Ya tengo listo lo que usarás. Hoy pondremos a prueba todo lo que te he enseñado, ¿Ok? Demuéstrame que he sido un buen mentor.

— ¿Suenas como Batman cuando te habla a ti?— levanto una ceja.

Él niega con la cabeza.

— Mejor que él.— insinúa una sonrisa de lado.— Nos vemos luego, mono.— y como lo hacía casi siempre antes de irse despeinó mi cabello con su mano.

Bueno, esto al menos ya es algo, es un enorme progreso. Sin embargo... no dejaba de pensar en mi papá, seguramente debe estar dolorido y delicado con esa paliza que le dieron, ojalá pudiera estar con él para cuidarlo.

Estoy harta de esto.
Toda mi vida he visto cómo estas personas hacen funcionar a los otros como declives, aprovechándose de las personas como yo, pero no quiero seguir dentro de ese sistema, siendo la más torpe e ingenua Hope que todos creen que soy.

Todd tiene razón en todo lo que me ha enseñado y dicho, soy demasiado ingenua, descuidada.
Acabaré con mis adversarios a mi manera. La primera persona en mi lista será Taylor y por consiguiente Quentin. No toda mi vida mediré 1.56, es más, sin importar mi estatura o edad lograré vengar esto que le hicieron a mi padre... No voy a permitirles más abusos.
Después de todo se metieron con la mocosa que más citatorios tiene en su casa.
Antes de ir a mi clase ví a un idiota mirándome fijamente: era Quentin.
Se apoya de unas muletas y está muy malherido. Uno de sus ojos está asquerosamente hinchado y morado. Se limitó a mirarme mal y se fue, como si huyera de mi. Me alegra tanto verlo así.
Total... el resto de la escuela fue aburrida.

Estaba demasiado triste y emocionada, no sabía dividir mis emociones y quería saber controlarlas, es decir, no sabía cómo sentirme, estoy en blanco. Muy... ¿Abrumada tal vez? Siento presión y angustia, estoy ansiosa y, todo eso es demasiado para mí.
En cuanto el timbre sonó indicando la salida, fui la primera en salir.
Ya me urgía irme.
Llegó a casa y lo primero que hago es arrojar mi mochila al suelo.

— ¡Ya llegué!

— ¿Tu hermana no viene contigo?— pregunta mamá saliendo de la cocina.

— No.— contesto.

— Ah, si, olvidé que le pedí a tu hermana que fuera a contratar un servicio de mudanza.

— ¿Mudanza?— enarco una ceja.— ¿Nos mudamos de la ciudad?— pregunté asustada.

Ella solo se ríe, yo me tensé más.

— No, solo de vecindario, ¿No te gustaría irte a un lugar mejor?

— No lo sé, si, quizás...— me rasco la nuca.— Mamá, quisiera saber porque últimamente tienes más ingresos, cambiaste de empleo pero... es decir, no nos has contado nada de ti en estos días y a decir verdad no has dicho nada en absoluto sobre tu nuevo empleo.

𝐴𝑆𝑆𝐻𝑂𝐿𝐸; 𝖩𝖺𝗌𝗈𝗇 𝖳𝗈𝖽𝖽/𝖣𝖺𝗆𝗂𝖺𝗇 𝖶𝖺𝗒𝗇𝖾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora