8. Fear of crows

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P R E S E N T E

   

— Déjame.— lo empujo fuertemente.

Él ya no insiste más en acercarse a mí pero se mantiene expectante.

— Perdón.

— ¿Cómo puedes decirme eso, Todd?— le recrimino.— ¡Me traicionaste, confíe en ti!

— Lo siento.— dijo aquello con un remarcado rubor en sus mejillas y unas largas lágrimas cayendo.

— Púdrete.— gruño con una voz quebrada.

Comienzo a caminar en línea recta sin bajar el dedo medio de su vista.

— Necesitamos hablar, Hope...

— Cállate.— bajo mi mano para cruzar los brazos sobre mis pechos.

— Estoy de acuerdo en que me odies pero al menos podrías dejarme hablar...

— ¡No estoy interesada!— paro el seco su conversación.— Por mí, puedes hacer lo que quieras. Yo me largo.— finiquito está charla, ardiendo en furia y sin dejar de caminar.

— ¿Y a dónde vas, eh?— pregunta.

Es verdad ¿A dónde voy?

— Que te importa.— contesto firme.

— Ni siquiera sabes en dónde estás.— decía siguiéndome.

— Si sé.

— No, no lo sabes.

— Que sí.

— Que no.

— Dije que si.

— No.

— ¡Si, mierda!

— Que no.— insiste tranquilo haciéndome parecer una lunática.

Me giro para encararlo.

— ¿Qué quieres?— cuestiono, hostil.

— Aclarar todo. No puedo ser distante contigo, aún eres mi amiga, aún me importas, siempre ha sido así.

— Sin endulzarlo, Todd, ¿Qué quieres?

— Está bien.— gruñe.— Quiero que te mantengas junto a mí hasta que resolvamos el lío en el que estás metida.

— No, y tú no sabes nada de los líos de mi vida, así que déjame en paz.

— Hope, por favor, escúchame está vez.— suplica aún con su voz neutral.— Por favor. No quiero obligarte a nada, quiero que entiendas que es por tu bien.

— No, no quiero tener nada que ver contigo otra vez. Déjame tranquila. Tú presencia me intoxica como un veneno....

— Vaya, que cálido reencuentro.— musita ofendido y sarcástico.

— Exactamente.— digo fastidiada y seguí caminando.

Todd inhala hondo y exhala.

— Escucha, no voy a pelear contigo, verás que a unos 30 kilómetros hacia el éste hay un pequeño pueblo, podemos hospedarnos en un sitio seguro mientras la policía deja de buscar...

— ¿Y si no quiero? Puedo encontrar más opciones que no te involucren.

— Bueno, sería tonto cambiarme a mí, una cálida cama, a mí, un sitio seguro, a mi y comodidades por un frío desierto con hambrientos y viles cuervos. Dicen que los cuervos también se comen a los vivos.— comenta rodeandome y observándome con una expresión intranquila.

— ¿Qué?— farfullo aterrada y haciéndome pequeña en mi sitio.— ¿Cu-cuervos?

Él asiente con la cabeza y yo miro hacia todos lados con paranoia.

— ¡Mira un cuervo!— grita Todd alarmado, apuntando y mirando hacia el cielo.

— ¿¡Dónde!?— grito aún más aterrada, dando media vuelta y aleteando mis manos para intentar alejar cualquier cuervo.

Todd casi se parte en risas, incluso encorvado, apoyándose de sus rodillas para reír a más no poder.

— Yo... no puedo creer que creyeras qué...— su risa le impedía hablar.

— Vete directo a la mierda, Todd.— tomo una piedra del piso y se la arrojo a la cabeza.

Pero no contaba con que le atinaria.

— ¡Mierda!— exclamo al verlo caerse al suelo luego de golpearlo.— ¡Jason!— corro hacía él para ver cómo está.— ¡Jason, lo siento! ¿¡Sigues vivo!? Ay dios, lo maté...— murmuro con los labios temblorosos.

—¡HAHAHAHAHAHAHAHA!— nuevamente Jason solo se estaba riendo en el suelo.

— ¡Muérete, pedazo de estiercol!— le tiro puños de tierra que agarraba del suelo.— Eres un i-m-b-é-c-i-l.— enfatizo lo último con recalcado odio pero Todd no dejaba de reírse retorciéndose en el suelo.— Ush.

Retomo mi camino con un semblante que no suelo tener, ese semblante de furia bien pintado en el rostro. Yo casi siempre soy alegre y entusiasta pero con él aquí me siento como una serpiente ponzoñosa.

— ¡Espera! Lo siento.— exclama Todd viniendo hasta mí.— Estás yendo hacia la dirección contraria.

— ¡No iré a ningún maldito lugar contigo!— le grito fuerte mientras seguía huyendo de él.

— Por favor.— intenta tocarme y yo solo esquivo sus manos.— Actuemos como dos adultos...

Todd se planta frente a mí bloqueando mi camino.

— ¿Actuar como adultos? ¡Fuiste tú quién comenzó con sus estupideces! Mira hacia allá.— le señalo la cabaña que ardía en lumbre.— ¿Y dices que quieres ayudar con los líos en los que estoy metida. Tú solo sabes causar destrucción a tú paso.

Su sonrisa confiada se desvanece rápidamente, aparta la mirada y traga en seco.

— Hope, sobre lo que pasó ese día...

— ¡Cállate! No voy a hablar de eso contigo.— lo quito de mi camino y sigo con mi andar.

— Lo siento no debí...

— Si vuelves a dirigirme la palabra, te juro, te juro que te mato, Todd. Así que desde aquí cada quién debe tomar su camino.

— Pero Hope, quiero ayudarte, en verdad...

— ¡A la mierda tu ayuda y tú igual!

Lo último que alcanzo a oír de él es un largo suspiro de rendición. Ruedo los ojos y sigo caminando en línea recta sin saber exactamente hacía dónde voy.

𝐴𝑆𝑆𝐻𝑂𝐿𝐸; 𝖩𝖺𝗌𝗈𝗇 𝖳𝗈𝖽𝖽/𝖣𝖺𝗆𝗂𝖺𝗇 𝖶𝖺𝗒𝗇𝖾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora