15. Discomfort

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Sin poder evitarlo los labios de Todd tocan los míos, mientras su mano toca la mía y se siente tan raro e incómodo sentir la suave carnosidad de sus labios en los míos y un poco de su baba igual, cosa que me parece repugnante pero aún entre la mezcla de variadas emociones logro identificar solo dos: una ligera pizca de atracción por su aroma, su calidez y la seguridad con la que está besando mis labios pero por otro lado me sentía apenada, él es el novio de mi hermana, ¿¡Qué demonios!?

Lo empujo fuertemente de mi.

— ¿¡Qué haces, tarado!?— espeto cabreada limpiando mi boca con el dorso de mi mano.

— ¡Lo siento, Hope!— exclama arrepentido y sonrojado a su vez.— Perdón, perdón, yo...

— ¡No, Todd!— me pongo de pie.— ¡Esto no es un estúpido romance entre Robin y la chica que lo acompaña en sus aventuras!— replico molesta.— Tú estás con mi hermana y yo no quiero estar ni contigo, ni con nadie, ¡No lo vuelvas a hacer o te dejo de hablar por siempre!

— No por favor, lo lamento, Hope...

— Adiós, Todd.— digo con sequedad.

Doy media vuelta dirigiéndome a la puerta, sintiendo como el coraje y la vergüenza se reúnen en la boca de mi estómago, golpeando cada vez más mi estabilidad mental.

— Hope...— habla Todd nervioso y giro a verlo, él realmente se veía sonrojado y muy apenado.

— ¿¡QUÉ!?— mascullo cabreada.

— Sa-sangras...— juro que jamás había visto la cara de Todd tan roja como hoy.

— ¿Otra vez?— me toco los oídos pero no hay sangre.— Todd, no hay sangre ¿Dónde...?

Él mira hacia abajo y entonces logro entender al sentir húmedos mis calzoncillos.

— ¡Ay, no!— exclamo acobardada y muy avergonzada.—¡Noooo!— me cubro la parte trasera con ambas manos, la cara me arde tanto.

— Hope, tranquila es muy normal... no debes sentir vergü...

— ¡Déjame sola! ¡LÁRGATE!— sollozo, no por tristeza sino por vergüenza de que él presenciará esto que es tan horrible y personal para toda mujer.— ¡¡LARGO!!

— Le diré a Alfred que...

— ¡Por favor, déjame sola!— suplico entre sollozos.

Él asiente asustado y se va casi corriendo. A zancadas voy hasta el baño sin saber que usar para esto... ¿Mucho papel higiénico doblado? Dios, yo sabía que esto iba pasar pero no hoy, ¿Por qué precisamente hoy? ¡Frente al chico que acaba de darme mi primer beso! Que por cierto también fue repugnante...
No quiero salir jamás de aquí. Que vergüenza. Me hago bolita en el suelo y abrazo mis pies, rogando por qué esto sea un simple mal sueño... una pesadilla, una vil pesadilla.
De pronto mi sufrimiento mental se ve irrumpido cuando tocan la puerta.

— ¿Señorita, Hope?— habla Alfred al otro lado de la puerta.

— Tengo un problema, Alfred.— sollozo dispuesta a hablar con el único hombre en esta casa que no me hace sentir incómoda.

— Queremos ayudar.— ahora habla una voz femenina.

— ¿Quién eres?— cuestiono, poniéndome de pie.

— Barbara Gordon.— contesta.

— Le ha traído algo, señorita Hope.

Abro la puerta y ambos entran.

𝐴𝑆𝑆𝐻𝑂𝐿𝐸; 𝖩𝖺𝗌𝗈𝗇 𝖳𝗈𝖽𝖽/𝖣𝖺𝗆𝗂𝖺𝗇 𝖶𝖺𝗒𝗇𝖾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora