𝐴𝑆𝑆𝐻𝑂𝐿𝐸; 𝖩𝖺𝗌𝗈𝗇 𝖳𝗈𝖽𝖽/𝖣𝖺𝗆𝗂𝖺𝗇 𝖶𝖺𝗒𝗇𝖾

13. Mom's boyfriend

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— ¿Están listas?— pregunta mamá ajetreada pasando frente a mí poniéndose un arete y luciendo un hermoso vestido rojo.

— No.— contesto aún jugando frente a la consola del XBOX.

— ¡Apúrate, Hope!— exclama mamá desesperada por la falta de tiempo.— ¿Hayley y tú y estas lista?

— ¡Ya casi!— le responde con un fuerte grito desde su habitación.

Mi avatar casi logra aniquilar a su oponente pero me equivoco con una combinación de botones y pierdo estúpidamente.

— ¡Hope!— replica mamá.

— ¡Ya voy!— grito estresada y apago la consola.

— ¿Con eso te vas a ir?— inquiere mamá checando mi vestimenta.

— Pues... Si.— respondo.— Mi pijama de Wonder Woman jamás falla. El halloween pasado hasta conseguí 80 dulces... 5 por casa.

— Ah, no, no, ve y ponte el vestido que te compré. Lo dejé en tu cama, amor.— ordena, ceñuda.

— ¿Y ese peinado de primera dama, má?— pregunto horrorizada al verla con un atuendo muy apropiado.— Oye, creí sería una cena con Kentucky y Coca-Cola, ¿De qué se trata todo esto, mamá? ¿Acaso te postulaste para ser Miss Gotham?

Ella me mira negando.

— Tú solo alístate y deja tus ironías, Hopie.

— Odio cuando me respondes sin explicaciones.

Dejo mi control en el sofá y subo a mi habitación para cambiarme con el feo vestido que ella eligió y esos feos zapatos de tacón aunque por otro lado está el traje que Todd me dió.
Lo meteré a mi mochila junto con otros zapatos, unos botines cómodos, tengo pensado escabullirme e ir a comenzar la investigación con o sin Todd.
Luego de ponerme el maldito vestido, Hayley entra y me peina con una coleta alta, tan apretada que me dejo los ojos rasgados como de asiática enojada.

— Mátame, por favor.— digo a Hayley en cuándo deja el cepillo en mi tocador.

— Te vez linda.— se ríe.

— ¿Sabes cómo me siento? Como si Lord Voldemort se disfrazase de la princesa Ariel, esto es ridículo.— frunzo las cejas.— Si le hago así...— sonrío tensa.— me parezco al señor Miyagi...

— Eres muy exagerada. Ya cállate y baja.

Hayley sale de mi habitación caminando como diosa y yo me miró una última vez en el espejo, tocándome los ojos rasgados.

— JA, como Yackie Chan.— me burlo de mí misma.

— ¡Hope!— exclama mamá.— Ya nos vamos, el taxi ya llegó.

Me despido de mi reflejo con un ademán e inclinación asiática y me retiro de mi habitación.

— ¡Ya voy!

| Restaurante Le bon goût |

Llegamos a uno de esos restaurante elegantes con música clásica en vivo y finos cubiertos en la mesa que ni sé usar. Hayley parece disfrutar esto, yo en cambio me siento cada segundo más rara con estos ojos bien jalados por la coleta, si la liga no se rompe me declararé oficialmente de China.

— Es injusto.— murmuro.— Hayley se ve genial, yo parezco una cosa abstracta con un intento de vestido morado. Algo así como Barney a sus 12 años.