CAPITULO XI.

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« The hope that you have

The dream that we were

Home feels so far away

You were made for more than just pain »

–Come Home, Jon Foreman.


     'Ese día me di cuenta de lo mucho que detestaba mentirte'


     Adoraba pasar por el Central Park durante el otoño y el invierno, y realmente no podía estar más ansiosa esperando por la llegada de segunda estación mencionada.

La salida con Max se había basado en comer helado –luego de lograr convencerme–, a pesar del clima relativamente fresco.

—¿Ves que no es tan malo? —pregunta con una sonrisa de lado a lado.

Entrecierro mis ojos en su dirección—. Me estoy congelando.

Suelta una corta risa que se me antoja infantil y pasa su brazo sobre mis hombros.

—Debí pedirte dinero por hacer esto —gruño mirando la bola de chocolate casi intacta.

—Eres una gruñona —masculla con diversión.

Arrebata el helado de mis manos con rapidez y se lo lleva a la boca si vacilación alguna. En otro momento me habría quejado, pero ahora prefería dejarlo pasar.

Era agradable volver a pisar este lugar en una época totalmente distinta a la primera vez, aquel día en donde vi a Justin junto a su hermano pequeño.

No puedo reprimir la sonrisa que se desliza por mis labios al recordarlo, y soy consciente de que Max se ha dado cuenta de ello.

—¿A qué mundo te transportarte esta vez? —se burla, sin embargo logro distinguir la curiosidad en el tono de su voz.

Muevo mi cabeza en una negativa y digo—: Recuerdos.

—¿Se puede saber?

Lo miro por una cuestión de segundos.

—¿Conoces a Justin Bieber? —frunce su ceño en confusión.

—¿Quién no lo conoce? —responde, y aguanto las ganas de golpearlo.

No me gustaba ser la única que no sabía quién era, realmente voy a tener que meterme más en esa parte del mundo.

—Bueno, la cosa es que, hace cuatro años atrás, lo encontré aquí con su hermano —explico sin entrar en mucho detalle.

—¿Y qué más? —detiene su paso cuando encontramos una banca.

Ambos nos sentamos mientras yo me encojo de hombros como respuesta.

—Nada, solo me ha causado gracia que yo no tenía idea quién era —murmuro mirando a los niños que corretean de un lado para otro.

No podía decírselo, no porque no quisiera, si no porque se supone que no debía salir a la luz. Si queríamos que todo saliera bien entre nosotros, era mucho mejor mantener el asunto oculto. En especial porque a Justin no le agradaba Max.

SECOND SHOT © {#2 Begin Again Series}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora