"—No puedo ser tu mamá Otabek. Dime 'hermana' y piensa en mí como una. Voy a marcharme pronto, con mi bebé. "
"—Tuviste un hijo con ese pirata prófugo que trató de matar a tu hermano. Vas a casarte con él, te irás con él. ¡No tienes vergüenza!"
"—Otabek es muy pequeño, debe quedarse en Argela hasta que su padre vuelva, lo prometió
.
Celestino siguió hablando sin parar de esas cosas que lo apasionaban mucho más que los barcos. Hablaba de whisky, pasteles de crema caseros, frutas que aún no probaba, almohadas de plumas y sobre Minako, una mujer oriental que conoció en una taberna. Regularmente Otabek era bueno escuchando, asentía o negaba según la situación y hasta reía brevemente si la anécdota en turno era graciosa, aunque a veces solo imitaba las propias acciones de Celestino. Con él podía comportarse como eso que aún era, un simple chico que encontraba poco interesante las extrañas pasiones de un viejo por los postres y una mujer que consumía más alcohol que todos en la taberna juntos en una noche. Se encontraban sentados en la cocina bebiendo té rojo, comiendo pan de cereales y queso como desayuno antes de un nuevo largo día, Otabek intentaba concentrarse pero los recuerdos iban y venían interrumpiendo la voz ajena.
Recuerdos de infancia sobre los cuales no necesitaba pensar muy profundamente.
Yuri aprendió a tejer cestas de paja aquella mañana, era una actividad relajante y las cestas eran necesarias para guardar todo tipo de objetos, principalmente alimentos. La tripulación esperaba poder pescar pronto pues ya estaban hartos del pan que compraban por cientos en cada puerto, era terrible ya que se preparaba con los peores granos o utilizando los restos de otros panes que se quedaban al final del día en las tiendas. Pero era barato, aguantaba un montón antes de ponerse duro o mohoso y quitaba el hambre. Además, siempre podían aprovechar las migajas para atraer gaviotas. La carne de gaviota no es sabrosa pero la carne de cualquier animal es bienvenida para tener una buena salud. Yuri aprendió también que en alta mar el buen sabor a veces debía sacrificarse en pro de utilidad o nutrientes. Además, las vísceras de gaviota eran una carnada perfecta para pescar y los peces si son sabrosos.
Pescaban cada semana y se atiborraban con gusto. Peces de todo tipo de formas, tamaños y colores, a veces atrapaban tortugas y camarones pero definitivamente no comían criaturas desconocidas para ellos, sin importar lo gordas o apetitosas que fueran. Fredori era el mejor pescando pues venía de una familia numerosa donde todos pescaban desde los ancestros más antiguos; antes ocupaban redes de medio uso que compraban a bajo precio pero Fredori les enseñó a fabricar las propias con buenas cuerdas e hilos de materiales resistentes, también llevó consigo sus viejas cañas hechas de varas delgadas. La pasaban bien trabajando juntos y Yuri no terminaba de creer que aquellos hombres, solamente unas horas antes, pudieron matar y destruir sin mostrar remordimiento.
Después de ese momento con Otabek decidió salir sin mayores palabras o reclamos para buscar a Leo, debió tener muy mala cara porque inmediatamente le preguntó si el capitán lo había lastimado o algo. Yuri respondió que solo era una tonta pelea más y Leo lo dejó en paz. Fueron a su camarote donde ayudó a limpiar y después se unió al "día de tejido" como lo bautizaron, la vida útil de las cestas era breve debido al agua salada así que se reemplazaban continuamente. Sam, que era un hombre muy alto y solía hablar en una lengua desconocida para todos, era el responsable de iniciar la tradición y cargaba con paja y hojas de palma u otras de buen tamaño para crear cestas y tapetes sobre los que se sentaban a descansar. A nadie pareció incomodarle y pronto aprendieron, puede que se convirtiera en pretexto para holgazanear y distraerse un rato. Conforme la mañana avanzó cada uno regresó a sus actividades cotidianas, el clima era bueno y aunque el viento seguía insistente ya no hacía frío como la noche anterior.
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Bon voyage! «Otayuri | Yuri On Ice AU Piratas»
FanfictionDurante los años de auge de la piratería, Azarath el gran océano, es el bastión de poder de aquellos piratas que han logrado consagrarse. Ni las leyes estrictas que castigan con la muerte, ni las disputas con otros delincuentes merman las ansías de...