Capítulo 15

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Todo era demasiado complicado. Quizás el destino le había puesto de nuevo ese obstáculo de no haber reaccionado a tiempo respecto a sus sentimientos hacia Paula.
Cabizbajo, sin saber exactamente dónde está la salida Iñaki se lamenta por no haber actuado tal y como su corazón le decía.
Agachó su cabeza poniéndola entre sus manos con su vista puesta en el suelo  lamentándose de haber tenido que llegar alejarse de algún modo de la vida de Paula. El haberle dado otra oportunidad Azahara, no le resultaba tan emocionante como pensaba.

A quien no le gusta que le digan que lo aman. A quien no le agrada encontrarse nada más llegar a casa aquella persona que tanto quieres. Poder olvidar tus malos momentos dejándote embriagar por sus besos, su tacto recorrer lentamente tu piel notando un cosquilleo de alegría consiguiendo que todo lo malo se esfume. Sólo estás tú y esa persona a la que miras a los ojos y un pequeño brillo sigue vigente removiendo en tí emociones adecuadas de saber que esa persona que te abraza, que te proporciona lo que tú tanto anhelas, está a tú lado en los momentos difíciles y no tantos.

Quizás la magia desapareció. El amor es un sentimiento más, algo que nace dentro de ti, que te llena de felicidad y te hace sufrir.
Cuando amas con el corazón, todo lo ves hermoso, no te importa nada, no escuchas quien trata de aconsejarte, solo te dejas de guiar por lo que sientes hasta que llega el momento que algo, en lo más profundo de ti te avisa que algo malo está sucediendo. Debes tomar una decisión. Debes mirar a tu alrededor y ver cuál es la mejor manera de continuar con tu vida sin dañar a nadie.
¿Miras por ti realmente cuando escoges el camino correcto?

Harto de pensar, de lamentarse por no haber sabido admitir que Azahara no era aquella muchacha con la que siempre quiso estar, o si lo era, ya no lo es.
¿Se puede dejar de amar a una persona cuando has compartido tantos momentos bonitos por otra?
¿Qué es lo que tiene Paula que no le transmite Azahara?
¿Su amor por ella se ha apagado cuando se marchó? O simplemente nunca existió esa llama.

Ya no se puede echar el tiempo hacia atrás, de los errores se aprende intentando no volver ha cometerlos, pensaba mientras  caminaba hasta su consulta. Dentro miraba aquellas paredes, cada objeto, cualquier cosa que le pudiera recordar a Paula. Ahora sólo le quedaba como mucho una migaja de amistad. Algo que debería aprovechar si en verdad quiere utilizar cada segundo con ella.

Aquella mañana tenían una reunión para revisar algunos casos.
El primero en llegar fue Iñaki, tomó asiento en su lugar comenzando a ojear los informes. Minutos después llegó Paula dándole los buenos días. Esa mañana su sonrisa no lucía en su rostro pudiendo apreciar en sus ojos restos de habérse pasado la noche llorando.  Mirar a los ojos de ella y no encontrar esa luz de alegría, lo mortificada aún más culpándose de todo.

—Paula ¿te encuentras bien?

—Si, estoy un poco hecha mierda porque casi no he pegado ojo en toda la noche. Pero estoy como una rosa.

—Estoy seguro que yo soy el culpable. —Bajando su voz clavó sus ojos en los de ella tristes por hacerle daño.

—Iñaki, tranquilo vale. El amor es de dos, uno da y otro recibe, el problema viene cuando aquella persona no la aman como siempre ha soñado.

—Paula, déjame hacer algo. Quiero intentar reparar todo lo malo que te he podido hacer, me siento muy mal porque en verdad me he dado cuenta que me haces falta. Sabes, aquí dentro de mí pecho noto como se desgarra tan despacio una parte de mí que casi me cuesta curarme la herida si no puedo aliviar tú sufrimiento.

—Madre mía Iñaki, su esto me lo dices hace meses, te juro que me caso contigo sin dudarlo.
Pero ahora seamos realistas. Sólo podemos ser amigos sin derecho a roce.

CAMBIANDO EL DESTINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora