Capítulo 19

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Notando un leve temor en mitad de su pecho, Paula se disponía a ir a la cama para descansar, su cabeza le dolería y notaba un pequeño pinchazo en su abdomen.

Tumbada en la cama con su móvil en la mano, miraba la pantalla con la intención de querer llamar a Iñaki. Aún así, se contuvo puesto que él mismo le había hablado sobre los problemas que tenía con Azahara.
Vencida, sintiéndose algo más aliviada dejó el móvil debajo de la almohada, se tumbó boca arriba mirando el techo pensando una y otra vez en el problema que suponía haberse encontrado de nuevo a Maximilian.
Después recapacitó, Arantxa llevaba razón, sólo había sido una mera coincidencia haberlo visto.
Agotada por el día tan intenso que había tenido se quedó dormida profundamente.

El haber podido dormir bien, hizo que Paula llegase a su trabajo feliz y relajada. Nada más cambiarse su ropa de calle por su uniforme, escuchó que hoy a primera hora había una reunión para presentar al nuevo Traumatólogo.
Todas las enfermeras comentaban de lo joven y apuesto que era el nuevo especialista.
Paula se dirigió junto a Nadine a la sala de reuniones.
Ambas hablaban referente a la recuperación de Andreu. 

La sala empezó a llenarse de compañeros médicos. Acto seguido salió Raúl dando una pequeña charla a su vez presentando al nuevo Traumatólogo que empezaría a trabajar ese mismo día en el hospital.
Todos los allí presentes aplaudían empezando a levantarse uno por uno para darle la bienvenida a su nuevo compañero.
Cada paso que daba hacia él, más pesada y angustiada se encontraba, su rostro comenzó a blanquear dando lugar a que casi perdiera el equilibrio cuando estrechó la mano de Maximilian.
Aquel hombre, el cual no quería volver a ver, sería uno más de sus compañeros. Lo que conlleva a tener que verlo todos los días.

Los ojos añiles de él quedaron fijos por segundos en Paula. Sus músculos se tensaron al volver a sentir su tacto. Mostrando indiferencia, éste dejó de sonreírle soltando la mano rápido para atender al siguiente compañero.

Acompañada por Nadine, Paula se fue a su consultorio. Se tomó una manzanilla que le había preparado Nadine y cuando vio que Paula ya estaba mejor se marchó para empezar con su trabajo.

—Paula te estaba buscando. —Iñaki cerró la puerta volteándose para sentarse enfrente de Paula.

—Dios mío Iñaki, esto no me puede estar sucediendo.—Sus gotas de consternación mostraban a un mujer afligida con el temor de que todos sus planes se destruyan.

—Dime la verdad Paula. Ese tío es...

—Sí Iñaki. Él fue con el que me viste aquella noche y después tonta de mí me apresuré a mantener una aventura con él. Creía que no volvería a verlo jamás y mira—Derrotada tapándose con sus manos su cara, Paula empezó a llorar sintiéndose pérdida. Tener al padre de su hijo cerca de ella la atormentaba.

— Paula favor no llores, se me parte el alma de verte así. Necesito escuchar tu risa puesto que no estás sola. Yo estoy aquí a tú lado, no permitiré que nadie te lastime.

—Iñaki, sabes la gravedad del asunto.

—Me puedo hacer una idea. Pero escucha. Qué piensas hacer con respecto a... tú...quiero decir...

—Ni yo misma lo sé. Todo esto me resulta tan difícil de afrontar.

—No temas, no temas mi pequeña—Apoyando sus frentes con sus miradas puestas en el suelo Iñaki luchaba consigo mismo para poder mantener las distancias a pesar de querer besarla.

Rompiendo el momento de intimidad, tocó una enfermera la puerta dándoles el aviso que había un niño en urgencias el cual había tenido un accidente automovilístico.

CAMBIANDO EL DESTINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora