Capítulo 16

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Las manos de Paula temblaban, una pequeña lágrima de decepción recorría su mejilla.
¿Cómo había podido pasar aquello? Estaba embarazada de un hombre que apenas conocía,  tan sólo fue una noche de pasión. Una noche.
Una noche en la cual ella se sentía
resentida, enfadada con todo lo sucedido respecto a Iñaki. Y ahora ahí estaba su verdad. Embarazada.

Sus gotas salían por si solas haciendo que el corazón de ella se contrajera culpándose por lo sucedido.
Marta al ver como cada parte de Paula temblaba la acurrucó contra su pecho acariciando su espalda intentando que se calmase.
Con su carita mojada, sus ojos rojos miraba a Marta arrepentida por no haber  sabido utilizar la cabeza.

—Marta me siento fatal. Jamás hubiera pensado que me pasaría esto y porqué lo hice.—De nuevo cayó en un lamento tapándose su rostro con las manos.

—Paula por favor, no estés así. Cuéntame cómo ha pasado y porqué te arrepientes de algo tan bonito como el poder ser madre.

—Marta me siento...No sé ni cómo me siento. El caso que todo pasó en una noche. Una aventura de una noche con un hombre al que no volví a ver. Y lo más trágico de toda esta historia, es que yo tengo la culpa.

—¿Acaso no utilizasteis protección?

—Si, el utilizó el preservativo. Pero hubo un momento el cual él me comentó que se rompió el preservativo, pero que no había nada que temer. Y yo como una estúpida no puse medios después. Cualquiera diría que soy médico. Pero como soy así de gilipollas.

—Paula basta ya. Ya no quiero escucharte hablar así. Entiendo que deberías haberte tomado la pastilla del día después. Ahora no sirve de nada lamentarse.
Estás embarazada y debes buscar una solución.

—¿Cuál Marta?

—Escúchame corazón. Ahora estás en shock. Tómate unos días para asimilarlo y si quieres o no seguir con tú embarazo.

—No lo sé. Todo es tan complicado, ni si quiera yo me siento preparada para ser madre y mucho menos orgullosa de lo sucedido.

—Ven cielo. Paula tú no estás sola. Ahora descansa yo estaré aquí para lo que necesites.—Marta le dio un beso en su frente continuando abrazándola. De algún modo quería consolarla puesto que  años atrás, cuando tenía apenas veinte años, ella se vio en la misma situación que Paula. Quedó embarazada de un trabajador de la finca, justamente iban a escaparse juntos cuando su padre los sorprendió acabando alejándolos y haciendo que ella perdiera a su bebé.
Al recordar aquella tragedia, Marta miró a Paula con ternura, por nada del mundo la dejaría sola. Si ella le arrebataron su mayor deseo, haría lo necesario para que no le ocurra lo mismo a Paula.

Durante el fin de semana, Paula no tuvo contacto con nadie, salvo con su amiga Arantxa la cual le contó lo sucedido. La noticia había dejado helada a su amiga. Pero ella no era nadie para juzgarla, en esos casos debía ayudarla.
Por ello para que nadie se entere por el  momento, Arantxa le informó a su amiga que todo el seguimiento de su embarazo lo hiciese en el hospital que ella trabaja más adelante ya pensarían qué hacer.
En esos momentos Ojalá solo podía llorar de la misma emoción de sentirse arropada por las personas que la quieren.

Habían pasado varios días sin saber nada de Paula. Preocupado Iñaki llamó a Marta para saber sobre ella y porqué no había acudido al hospital a trabajar. Ésta le mintió diciéndole que se encontraba algo enferma pero no era nada grave.
No muy tranquilo, volvió a insistir, algo dentro de él le anunciaba que sucedía algo. Sin embargo al escuchar a Paula, Iñaki quedó más tranquilo. Sólo se trataba de un virus.

Al otro de la habitación, Azahara escuchaba la conversación. Celosa se dirigió hacia Iñaki reclamándole por preocuparse por Paula.

—Vaya ahora te preocupas por ella. Por favor que cínico que eres Iñaki.

CAMBIANDO EL DESTINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora