Capítulo 18

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Después de su trabajo, Azahara fue al supermercado para comprar los ingredientes para hacer una exquisita cena con motivo de su aniversario.

Después de hacer la compra, se fue hacia la casa de Iñaki, se dio una ducha  y se puso un vestido entallado de encaje color verde esmeralda. Dándose un ligero maquillaje y tras recogerse su cabello en una trenza ya estaba lista para  cocinar un pastel de carne y broquetas de verdura. Nada le hacía tanta ilusión como preparar la comida y cenar junto al hombre que ama.

Un par de horas después, consultó su reloj y viendo que aún le quedaba tiempo suficiente, se fue hacia su habitación donde sacó de la bolsa velas aromáticas color rojo y pétalos de rosa de varios colores. Las velas las colocó por toda la casa y los pétalos de rosa los extendió en la cama la cual le había puesto sábanas de seda color rojo a juego con unos cojines.

La habitación estaba adornada para pasar una noche romántica. Azahara esbozó una sonrisa viendo lo bien que le había quedado todo. Unos minutos después, la puerta sonó. Era Iñaki, para darle una sorpresa le dijo que cerrarse los ojos. Él algo confuso le hizo caso. Mientras ella lo conducía hacia el salón donde estaba todo listo le hizo de que abriera los ojos.

En la mesa se podía ver la comida que iban a degustar adornada con copas de cristal, velas y un mantel color blanco.

—Vaya, en serio has preparado esto.

—Sí mi amor, con motivo de nuestro aniversario. Entiendo que tengas mucho en tu cabeza y no te acuerdes, aun así quería sorprenderte.

Iñaki la contempló con adoración a la vez que ella le lanzaba miradas pícaras con la intención de estimularlo. Al percatarse que él tan solo la miraba, decidió empezar con el juego. Rodeando con sus brazos su nuca empezó a besarlo, acto seguido se fue  deshaciendo de la ropa rozando su piel desnuda  abriéndose paso motivándolo cada vez más. La sed de tenerlo en la cama y el apetito a sexo la excitaba, sin ningún pudor y con la codicia de terminar en la cama lo fue encendiendo hasta que obtuvo lo que quiso.

Tras el asalto aun recuperándose, Iñaki miró a la mujer que tenía desnuda con su cabeza apoyada en su pecho. La pasión que le había despertado Azahara lo conducía hasta el placer. Pero solo era eso, sexo. Y el fruto de todo aquello era tan sólo un momento. Si antes estaba confundido cada vez que hacía el amor con Azahara, ahora lo tenía más claro. Estaba comenzando arrepentirse. No podía desnudarla, besarla y hacer que la desea cuando él mismo sabe que no es cierto. Azahara es bella, es fogosa, sensual. Pero ese amor que sentía por ella comenzaba a desaparecer.

Adolorido se levantó de la cama dirigiéndose primero hacia el baño para deshacerse del preservativo, darse una larga ducha y seguido salió del baño dispuesto hablar con ella.

—Azahara tenemos que hablar. —Comenzó hablando decoroso por anunciarle sobre sus sentimientos.

—Iñaki esto que acabas de hacer me ha prestado muy mal. Es como si me rechazaras o como si no valiese nada para ti. Pienso que estás perdiendo tu encanto. Incluso esta noche has estado...frío.

—Azahara es cierto lo que dices. Porque yo no soy como esos hombres que le da igual acostarse con cualquier mujer buscando solo sexo. Me conoces bien para saber que no soy de esa forma. Y por eso yo nunca voy a buscar en ti sexo. Si lo hago es porque mis sentimientos hacia ti...

—¿Qué me estas queriendo decir Iñaki?

—Trato de decirte Azahara que ya no siento por ti lo mismo que hace años. En todo este tiempo he cambiado y...quiero decirte que mi amor hacia ti no es el mismo. Lo siento pero no te veo como aquella mujer que amé intensamente.

—¡No me lo puedo creer! Ahora me dices esto.
Ya entiendo, es por Paula. Sí claro no puede ser por otra causa. Sé sincero Iñaki, ¿amas a Paula verdad?

CAMBIANDO EL DESTINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora