Capítulo 8

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Jugando con sus manos nerviosa en su regazo, Paula contemplaba aquel hombre vestido de traje cada movimiento de él.

«Es todo un caballero»; Pensó Paula sin quitarle los ojos de encima, pudiendo ser testigo de cómo aquel estaba obsesionado con encontrar a su esposa.

—Fidel, yo quería decirle que por qué me ha traído a mí.

—Ya le dicho, Azahara la mencionó en repetidas ocasiones diciéndome que a pesar de los buenas amigas que erais, ya no lo sois porque según me relató Azahara, tú te enamoraste de su novio y de hecho creo...aunque esté mal decirlo, os pilló en la cama. Y porque además de su madre no sabía a quien recurrir.

—¿¿Cómo?? Será embustera.—Una cólera empezó a brotar le ante tal engaño.
—Disgustada siguió hablando.—Punto uno: Sí,  diríamos que me gusta su ex novio. Pero te prometo que jamás le dicho  lo que yo siento hacia él. Y mucho menos se lo voy a contar  a Azahara. De echo somos compañeros de trabajo y por vergüenza a que se ría de mí o simplemente se rompa la amistad que nos une nunca me he atrevido a confesárselo a pesar de haber roto con Azahara.
Punto dos: Nunca discutí con ella. De hecho siempre nos hemos llevado de maravilla. Con nuestras rencillas porque ella siempre ha estado un poco loca y yo pues para hacer algo tengo que darle mil vueltas antes a las cosas. Pero que yo sepa no discutí con ella como para distanciarse como lo hizo.

—Pues entonces que alguien me explique lo que sucede.

—Eso mismo me lo pregunto yo. Porque yo ando más perdida que una cabra en un garaje.

Fidel, que ya comenzaba a caerle bien Paula e incluso pudo leer en su mirada que se trataba de una chica inocente no dudó en relatarle su vida.

—Todo comenzó hace más de un año, cuando Azahara empezó a trabajar en mi empresa. Desde el primer día que la vi sentí como mi corazón volvía a latir como hacía tiempo que no palpitaba. Por lo cual dejándome llevar por lo que me decía mi corazón y puesto que mi mente no dejaba de pensar en ella, me propuse cortejarla. Y sí, lo conseguí porque en menos de seis meses me casé con ella. Fue una boda intima, donde ella lucía un vestido precioso y tan bella como siempre.

—Sí, muy bonito todo. ¿Pero donde entro yo en toda esta historia y porque narices se marchó? ¿Acaso le hiciste algo? Dime porque mira que soy cinturón negro de karate.

— ¿Qué te hace pensar que yo pude hacerle algo malo?

—No sé, irse de esa manera de tú casa pareciese que está huyendo de ti.

— Jamás le haría nada malo. De hecho siempre la traté bien. Tenía su propio coche, su closet lleno de ropa que ni apenas le dio tiempo de estrenar, viajamos en mi jet privado, por mar en mi yate y siempre la colmaba de regalos y amor.

«Desde luego, todas las tontas tienen suerte» Pensó para sus adentros Paula intentando poder analizar todo.

—Fidel, yo solo puedo decirte que Azahara hace más de un año estuvo saliendo con Iñaki y después sin dar ningún tipo de explicación se marchó. La busquemos pero nadie nos sabía decir. Hasta que un día su madre me llamó diciendo que se había casado con un hombre mucho mayor que ella para salvar a su padre de la cárcel. Tiempo después vi a su padre y me contó que si estuvo en la cárcel.
Y mientras tanto yo seguía al lado de Iñaki como su amiga haciendo lo posible para que me mirase de otra manera.

— Comprendo. Ese tal Iñaki es el hombre por el cual vives enamorada y no te atreves a desvelar lo que llevas guardado en tú corazón.

—Suena ridículo, pero es así. El caso, que no entiendo como Azahara se casó contigo, si estaba enamorada de Iñaki. Y que se sacrificase por su padre...no sé yo qué decirte si no quería verlo ni en pintura.

CAMBIANDO EL DESTINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora