El comienzo de todo

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-Sargento "Wind" el Capitán General la requiere en su despacho de inmediato.

-Gracias soldado Javier –dijo la Sargento mientras se despedía de su compañero y dejaba el entrenamiento matutino. Dirigió sus pasos hacia el despacho de "su padre", pues éste era el Capitán General del ejército español.

W: ¿Y ahora qué quiere? Seguramente que me regañe, me grite o me pegue, como suele hacer cada vez que me meto en algún lío. Pero, esta vez no he hecho nada, qué raro... Aunque no es quién para decirme cómo he de comportarme después de cómo me ha tratado a lo largo de mi vida. Desde que murió mi madre me ha despreciado y siempre me ha querido lejos de él, enviándome a multitud de internados y campamentos alrededor del mundo para perderme de vista, sin embargo gracias a eso ahora he mejorado muchísimo en mis técnicas de asalto y defensa y me he convertido en una gran soldado.

El lugar en el que ella se encuentra ahora es un complejo militar, el Cuartel General del Ejército de Tierra en Madrid. Es un lugar bastante amplio, pero en comparación con otros campamentos extranjeros en los que ella estuvo durante su niñez y adolescencia, no es tan moderno. El cuartel disponía de unas instalaciones enormes como gimnasio, comedor, oficinas, hospital, habitaciones... Todo bien equipado y oculto bajo tierra, excepto las oficinas que se encuentran en las plantas superiores.

Subió por un ascensor que llegaba hasta una oficina en la cual se registraban las salidas y entradas de los soldados con una tarjeta y una contraseña. Al salir de estas oficinas cruzó un patio exterior lleno de pinos muy altos que parecían querer alcanzar el cielo con sus ramas y que con estas, tapaban los brillantes rayos de sol.

Abrió la puerta y ahí se encontraba la amplia recepción, con una moqueta de color granate, y justo en la pared de enfrente las banderas de España y la Unión Europea. A ambos lados de la puerta de entrada se mantenían erguidos y con gesto de orgullo dos soldados en una increíble condición física.

Justo enfrente de la puerta de entrada, dos pasillos paralelos dividían el edificio principal. Uno hacia la derecha y otro hacia la izquierda, Wind se dirigió al de la izquierda, pues en esta parte se encontraban los altos cargos. Después de cruzar varias puertas y pasar por largos pasillos, justo a pocos pasos se encuentra con el despacho del secretario del Capitán General, un hombre increíblemente egocéntrico que miraba a los demás por encima del hombro, simplemente por ser el secretario del Capitán General, además de que anhela su puesto, es por eso que siempre le sigue a todas partes, como un perrito faldero.

W: El lameculos personal de "mi padre" es un asqueroso hijo de perra, pero en más de una ocasión durante los entrenamientos conseguí bajarlo de su nube. Me encanta recordar lo bien que me sentí al borrarle de su cara esa estúpida sonrisa de superioridad.

-Hoy no se te ve muy en forma –dijo el secretario a la Agente con un tono de burla.

-¿Por qué no te acercas y lo compruebas por ti mismo? –dijo Wind con bastante ánimo.

Ya hacía tiempo que quería darle una paliza a ese estúpido lameculos y ese mismo día no estaba de muy buen humor, así que sería perfecto para descargar mi furia en él.

-No gracias, he de ir a completar unos informes del Capitán General –dijo con retintín.

En ese momento apareció el Capitán General por las instalaciones de entrenamiento y escuchó la conversación sobre la pelea.

-Adelante Alfonso, te doy permiso para pelear contra la Agente Wind, enséñale cuál es su lugar –dijo el Capitán General con tono orgulloso.

Nuestra guardaespaldasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora