¿De vuelta a la oscuridad?

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-No tengas miedo gatita, pronto acabaré contigo –en ese momento Z-33 se abalanzó contra ella, pero Wind lo esquivó dando un mortal hacia delante.

W: Por poco...

Cogió sus katanas, saltó sobre él y le hizo un profundo corte en su espalda, haciéndole sangrar mucho. Esto lo hizo enfadar y se volvió hecho una furia hacia ella. La atrapó y la empujó contra el helicóptero. Ella sintió cómo el aire abandonaba sus pulmones, cayó al suelo y empezó a toser, escupió sangre y miró ferozmente hacia el frente.

W: ¿Será este mi fin?... No, no puedo permitir que este imbécil me gane, además, si muero esa cosa irá a por ellos... Tengo que sacarlos de aquí.

-¿Eso es todo lo que tienes para mí gatita? –preguntó él riendo.

-Deja...de llamarme... gatita –dijo ella cabreada mientras se levantaba con dificultad.

-Petición denegada, ga-ti-ta –dijo él mientras reía y se acercaba más a ella.

Wind avanzó unos metros hacia delante y recogió sus katanas. Recuperó un poco aliento y se calmó. Los rostros de los chicos mostraban preocupación, todos observaban la pela que se estaba desarrollando ante sus ojos.

-Ahora sí que la has cagado –dijo ella realmente cabreada.

BTS: Ese tipo va a morir...

-Mira gatita, ¿por qué no te rindes? Vas a caer de todas formas por mucho que pelees –aconsejó Z-33.

Ella al escuchar esto, esbozó una sonrisa de medio lado y se preparó para atacar.

-Te vas a tragar tus palabras –enunció ella.

Entonces Z-33 intentó golpearla en el abdomen con una patada, pero ella se impulsó hacia atrás y la esquivó. Saltó y lanzó algunos cuchillos, de los cuales dos de ellos dieron en el blanco. Esto le dio a Wind unos segundos de ventaja, se acercó a él rápidamente y le clavó una de sus katanas en el brazo derecho.

-El que va a caer hoy, vas a ser tú –y dicho esto le rebanó el brazo dejándolo colgando por su piel hecha girones.

Z-33 empezó a gritar como un loco, intentaba detener la hemorragia, pero había mucha sangre.

-Maldita zorra, juro que me vengaré por esto –sacó una pistola de su bolsillo y le disparó. Justo en el abdomen, la camiseta no le ayudó en nada, pues esa bala estaba hecha especialmente para atravesar cualquier tipo de material, incluso el más duro creado por el hombre –nos volveremos a ver –dijo al oído de ella mientras se levantaba, justo antes de desaparecer.

W: Me...me ha disparado... ¿Cómo no lo he visto venir? Juego sucio maldito perro, esto no termina aquí, lo juro.

El sonido del disparo provocó un silencio sepulcral en el lugar. Los chicos, al igual que los soldados, estaban alarmados, a la espera de alguna señal de Wind. Pero ella permanecía allí, inmóvil, incluso después de que Z-33 desapareciese del lugar. Los soldados intentaron acercarse a ella, pero Wind movió el brazo en señal de negativa, pues esa cosa podía seguir cerca.

Se tapó la herida con la mano y presionó. Recogió sus katanas y se dirigió hacia el helicóptero. Conforme ella avanzaba, se le hacía más difícil, sentía cómo la vida le abandonaba a cada paso que daba, pero ella no iba a morir aquí, aún tenía asuntos pendientes con Z-33. Justo al llegar a la compuerta, cayó al suelo, volvió a toser y su respiración se estaba volviendo muy pesada. Fue entonces que uno de los solados la ayudó a entrar.

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