Salgamos de aquí pt.2

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Durante el camino hacia los quads, solamente se escuchaban los rápidos pasos de 8 personas junto a sus agotadas respiraciones provocadas por el esfuerzo físico. De vez en cuando, la agente se giraba y observaba a los chicos mientras corrían para comprobar que todo fuese bien y vigilar los alrededores. Al cabo de unos 30 minutos, los chicos y Wind llegaron hasta los quads, pero todo estaba demasiado tranquilo.

-Escondeos, esto no me gusta nada –ordenó ella mientras los chicos se escondían tras unos grandes matorrales. Activó la visión térmica para intentar localizar a sus compañeros. Observó atentamente a todos los lados y encontró unas 4 figuras escondidas en las ramas de los árboles y un montón de cuerpos sin vida tras los árboles.

-¿Crees que ella podrá sacarnos de aquí? –preguntó Jin a RM en voz baja.

-No lo sé, pero tenemos que confiar en ella, es la única que nos ha ayudado a salir de aquel infierno –le contestó RM.

-Tenemos que darle el beneficio de la duda –dijo Jimin.

-Yo creo en ella –dijo J-Hope muy seguro de sus palabras.

Tras unos minutos en silencio, uno de los soldados se abalanzó contra Wind y comenzó a golpear su estómago con la rodilla, pero entonces ella reaccionó y cambió los roles golpeándolo en las costillas repetidas veces y acabando con él con un fuerte golpe en la cabeza contra una afilada roca que se encontraba en el suelo. Entonces, aparecieron los otros tres y le hablaron.

-Entréganos a los chicos y haremos la vista gorda por lo que les has hecho a nuestros compañeros en la nave –dijo uno de ellos.

-No os voy a entregar a nadie –dijo ella.

-Mira, ríndete y apártate de nuestro camino, no puedes hacer nada contra nosotros –habló otro.

-La palabra "rendirse" no está en mi vocabulario –dijo Wind preparándose para el siguiente combate.

-Tú lo has querido, te hemos advertido –habló el último de ellos.

En ese momento una pelea encarnizada se desató entre los tres soldados y la Agente Wind. Puñetazos, patadas y disparos junto con varios quejidos y gritos de rabia rompieron el silencio que hasta ahora había reinado en el bosque. Todos estaban agotados, pero Wind todavía podía aguantar un poco más.

W: Tengo que acabar con ellos cuanto antes.

Wind cogió una de sus katanas y en un movimiento le cortó la yugular a uno de los soldados que estaba con la defensa baja. Entonces, uno de los compañeros se acercó corriendo con un cuchillo de combate pero Wind le propinó una patada en el estómago con la que lo envió contra una roca puntiaguda y le partió el cuello. El último de ellos intentó escapar, pero ella lo atrapó a tiempo y lo dejó medio moribundo.

-Chicos, no nos conviene hacerla enfadar –dijo Suga mientras todos observaban asombrados la pelea.

Wind se destapó la cara para hablar bien y comenzó a interrogar al soldado.

-Escúchame bien, ¡¿quién es el topo?! –preguntó ella muy cabreada.

-Jajaja...preciosa...estás acabada, nuestro hombre por desgracia ha caído, pero no vas a saber quién es él y tampoco vais a salir de aquí –en ese momento sacó un mando con un botón rojo de su bolsillo que al pulsarlo hizo que los quads estallaran provocando que Wind saliera volando contra un árbol.

W: Joder...como duele, creo que me he roto un par de costillas y tengo el hombro derecho dislocado además, la explosión casi me deja sorda.

Se levantó como pudo, agarrando su brazo derecho y caminando lentamente hacia donde los chicos se escondían. Se aseguró de que el soldado estaba muerto y llamó a los chicos.

-RM...Jin...aaaghh!!...Jungkook...Jimin...maldita sea...Suga...V...J-Hope... -entre nombre y nombre, varios quejidos se le escaparon, pero los encontró.

-Chicos...¿estáis bien? ¿Alguno está herido? –preguntó ella con dificultad.

-Estamos bien –dijo Suga

-Wind, has estado increíble, pero ¿tú estás bien? La explosión ha sido muy fuerte –preguntó J-Hope preocupado.

-No...necesito que me coloquéis el hombro derecho en su sitio. ¿Quién de vosotros es el más fuerte?

-Jungkook –respondieron la mayoría.

-Está bien, Jungkook...escúchame, tienes que coger el brazo con una mano por encima del codo y otra por debajo y estirar hacia atrás y hacia arriba, hasta que escuches un crack, en ese momento para...¿de acuerdo? –le explicó ella mientras se subía la manga del traje con dificultad.

-N-no sé si podre...no quiero hacerte daño –dijo Jungkook preocupado.

-No nos queda de otra, si no me lo colocas no podré defenderos si esto vuelve a ocurrir y eres el único que puede hacerlo. Ahora, los demás sujetadme bien porque esto me va a doler bastante –pidió ella.

Jungkook se preparó mentalmente mientras inspiraba y expiraba profundamente, Jimin le sujetó el otro brazo y RM y V las piernas, Los demás, Jin, J-Hope y Suga se quedaron vigilando.

-Bien, a la de tres, una...dos...tres –en ese momento Jungkook tiró del brazo hasta que todos pudieron escuchar el fuerte crack que indicó que el hombro estaba en su sitio.

W: Este chico sí que tiene fuerza. Esto ha dolido bastante...creo que necesito sentarme, me estoy mareando.

-Bien hecho –dijo Wind intentando ocultar el fuerte dolor mientras se sentaba –Dadme unos minutos...

A los pocos minutos Wind se levantó con la ayuda de Jin, pues sabía que iban tras ellos y que no podían perder mucho tiempo.

-Bien, como habéis podido ver, los quads han quedado inservibles –dijo ella.

-¿Entonces cómo llegaremos hasta el helicóptero? –preguntó RM.

-Tendremos que caminar y esto nos llevará un día como mucho, por lo que seguramente llegaremos de noche –contestó Wind.

Caminaron los 8 juntos hasta llegar donde se encontraba el montón de cuerpos sin vida.

-Estos eran los soldados que nos iban a ayudar a salir de aquí, coged sus mochilas y buscad ropa, comida, armas y un botiquín, todo lo que nos pueda servir para sobrevivir es bien recibido. A un par de kilómetros de aquí hay un pequeño lago apartado que vi de camino a por vosotros, ahí os bañaréis, os cambiaréis y descansaremos. Nos queda un largo camino por delante, vamos a buscar –ordenó Wind.

Al cabo de unos 10 minutos, los chicos llevaban cada uno una mochila con lo que habían podido recoger y un par de armas con munición, Wind cogió un trozo de tela de uno de los trajes de los soldados muertos y la utilizó como cabestrillo. Entonces, retomaron la marcha, los chicos se iluminaban con las linternas y seguían a Wind que llevaba la máscara con la visión nocturna. El sonido de unos pasos acompañados por pesadas respiraciones no tardó en volver a hacerse presente a medida que avanzaban en la oscuridad de la noche. 

Nuestra guardaespaldasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora