Blood, sweat & tears.

266 25 1
                                    

Wind dio media vuelta, se llevó solamente un cuchillo de combate escondido en la manga y se dirigió hacia el garaje donde el soldado aún permanecía atado. Le desató una mano y le entregó su walkie-talkie para que comunicara a sus hombres la retirada y que ella se entregaría.

-Parece que has recapacitado, será mejor que nos demos prisa, o vendrán aquí y empezarán a disparar a todo el mundo. Por cierto, en cuanto lleguemos al lugar, Alfonso te matará –observó el soldado después de haber comunicado las noticias.

Wind mostró una sonrisa sombría y cuando fue a desatar la otra mano del soldado lo acuchilló en el pecho. Él, sorprendido por lo ocurrido, comprendió tarde qué era lo que había sucedido y la maldijo con sus últimas palabras.

-Así que ese maldito gusano ha venido hasta aquí –dijo para sí misma –será un honor matarlo con mis propias manos.

Cuando comprobó que el soldado había muerto, subió arriba del todo para cerciorarse que los soldados se retiraban. Con la visión térmica, observó al gran grupo esperando no muy lejos de los soldados mientras estos últimos se retiraban por donde habían venido. El grupo con los chicos y sus familias pudo avanzar tranquilamente hacia la montaña para largarse de allí.

-Bien, ahora toca lo más difícil –se dijo a sí misma mientras bajaba a la biblioteca y se armaba. Preparó los explosivos dentro de la casa, puso uno en cada pilar, otro en cada muro de carga y repartió unos cuantos entre las diferentes habitaciones para asegurarse que todo aquel lugar se reduciría a cenizas con todos aquellos que querían matarla.

-De acuerdo, en menos de 10 minutos pasará el plazo para entregarme, y vendrán aquí. Pero el primero seguramente sea Z-33...tendré que luchar algo lejos de la casa para que no descubra los explosivos –guardó el detonador en su cinturón y salió de la casa.

Mientras tanto, los chicos avanzaban junto con sus familias lejos de aquel lugar. Wind consiguió que los soldados más cercanos se largaran sin descubrirles, dejándoles libre el camino. El Capitán General Diego iba en cabeza junto con los padres, en el siguiente grupo iba Héctor con los hermanos. Los pequeños hermanos de V iban en brazos del hermano de Suga y de Jungkook para poder avanzar más rápido. En el último grupo Daniel cuidaba de los chicos.

-Tengo un mal presentimiento –dijo Jin.

-No te preocupes, Wind es fuerte, cuando menos te lo esperes ella estará de nuevo con nosotros –lo animó V.

-Tengo miedo... -comentó J-Hope –me ha dado la sensación de que se estaba despidiendo.

-No digas eso, estoy seguro de que volverá –aseguró Jimin.

-Tenemos que confiar en ella –dijo Suga.

Namjoon iba distraído pensando en ella, no podía pensar en otra cosa. Sentía que había hecho mal en dejarla atrás. Que la había traicionado. Pero también sabía que si volvía con ella, tal vez le daría más problemas ya que aunque habían mejorado mucho, no sabía pelear tan bien como ella.

-Namjoon...estás muy callado –observó Jungkook.

-Estoy bien... es solo que...no me siento bien dejándola atrás. Tengo miedo de perderla –confesó mientras empezaba a llorar –si...siento que la he tra...traicionado dejándola sola. Tengo que volver con ella.

-No podemos volver –dijo Daniel –ella ha ordenado poneros a salvo y eso voy a hacer.

-Pues ve tú maldita sea, no la dejes sola –pidió él.

-Lo siento, pero no puedo, camina –ordenó Daniel.

Namjoon se enfureció y lo empujó cayendo al suelo con él.

Nuestra guardaespaldasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora