Plan de rescate

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El despacho del Capitán General Chul era muy parecido al del Capitán General Diego, el padre de Wind. En el centro de este se encontraba una gran mesa con muchos papeles desordenados, un ordenador, una lamparita de color azul y una foto de él con su mujer.

W: Cuántos recuerdos me trae este despacho.

-Señorita Wind, el Capitán General Chul la requiere en su despacho –dijo un soldado.

-Voy –dijo la pequeña Wind.

A penas tendría unos 10 años de edad pero era muy madura psicológicamente.

-Capitán Chul, ¿puedo pasar? –preguntó la pequeña Wind después de tocar a la puerta.

-Adelante soldado –se escuchó la voz desde el otro lado de la puerta.

-¿Qué es lo que necesita Señor? –preguntó ella con voz firme.

-Se acerca tu cumpleaños, y quería saber si te gustaría volver con tu padre a España...–dijo él.

-No –lo interrumpió ella.

-¿Estás segura? –preguntó él.

-Sí Señor, para mí, los cumpleaños se han convertido en días normales sin nada de especial, así que no tengo por qué irme y dejar mis deberes aquí.

-...de acuerdo –dijo el Capitán Chul –puedes retirarte.

El 10 de septiembre por la mañana, el cocinero Bae entró a mi habitación seguido por el Capitán General Chul con un pedazo de tarta y cantando feliz cumpleaños, fue el mejor cumpleaños de mi vida.

-Perdón por el desorden, pero el secuestro de los chicos nos tiene a todos bastante ocupados –se disculpó el Capitán General, haciendo a Wind volver a la realidad.

-No se preocupe –dijo ella.

-Bien, según nuestros contactos, los soldados que tienen secuestrados a los chicos se encuentran en una especie de nave industrial abandonada en medio del bosque Gotjawal de Jeju –informó el Capitán Chul.

-¿Cómo llegaremos allí? –preguntó ella.

-Un helicóptero militar, el Mi-26 "Halo", la llevará a usted y a mis mejores agentes hasta un claro que se encuentra a un día de distancia de la nave, de esta forma evitaremos ser descubiertos –dijo mientras señalaba la localización en un mapa lleno de marcas de rotulador.

-¿No hay otro medio con el que podamos llegar desde el helicóptero hasta la nave de una manera más rápida? –preguntó ella.

-¿Qué sugiere? –preguntó el Capitán intrigado.

-Quads, con ellos nos podremos acercar mucho más rápido hasta una distancia segura de unos 10 kilómetros, desde aquí iré a pie y estaremos a menos tiempo de sacarlos de ese infierno –explicó Wind señalando el mapa.

-Buena idea, avisaré a los soldados para que preparen 7 quads pero, ¿piensa ir usted sola hasta allí? – preguntó el Capitán extrañado.

-Que sean 8, yo iré con el mío en la retaguardia vigilando que no nos siga nadie, y sí, iré sola porque así será más difícil que nos descubran de noche, no se preocupe, la vida de estos jóvenes es ahora mi prioridad. Cuando los soldados y yo lleguemos con los quads hasta la distancia indicada necesitaré que se encarguen de prepararlos y que vigilen hasta que llegue con los chicos de BTS para llevarlos hasta el helicóptero –dijo ella.

-De acuerdo, ahora acompáñeme a conocer a sus compañeros para esta misión –dijo él mientras la guiaba hacia las habitaciones.

Pasaron de nuevo por el aeropuerto en el que aterrizó hacía unos instantes con el avión y después de unos instantes llegaron finalmente a las habitaciones de los soldados, estas eran bastante más amplias que las de la base de España. A los pocos segundos de entrar, todos los soldados reconocieron al Capitán General y se prepararon para saludar.

Nuestra guardaespaldasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora