Nuestra guardaespaldas

La promesa

-¡Namjoon! –Dijo ella sorprendida manteniendo el cuchillo en el cuello de este -¿Qué cojones haces aquí? Os dije que os quedaseis allí –lo regañó ella.

-T-te vi coger...las vendas y-y pensé qu-que necesitarías ayuda –contestó RM.

-Gracias por preocuparte pero no necesito tu ayuda –dijo ella molesta.

-¿Po-podrías quitar el cuchillo de mi cuello? –pidió él.

En ese momento ella se dio cuenta de lo cerca que estaban, sus dos cuerpos pegados uno al otro contra un árbol pudiendo notar el fuerte latir de ambos corazones, sus rostros tan juntos que podían sentir la respiración del otro. Ella se puso nerviosa y se separó rápidamente de él, pero para su mala suerte pisó una piedra, se resbaló cayendo de lado y golpeándose de nuevo las costillas.

-¡¡¡Aaaaaggg!!! –gritó ella de dolor.

-¡Wind! ¿Estás bien? –preguntó RM preocupado.

-N-no... me duele bastante... -contestó Wind.

-Deja que te ayude –pidió RM mientras la ayudaba a levantarse y la sentaba en un tronco de un viejo árbol caído. Él la ayudó a terminar de quitarse la camiseta y ella quedó sólo con el sujetador. Se sentó detrás de ella, cogió las vendas y empezó a rodear el cuerpo de Wind con ellas. Mientras lo hacía, posó de vez en cuando sus manos en su cintura y ella sintió cómo su cuerpo respondía a su tacto.

W: ¿Qué cojones me pasa? Seguro que es por la adrenalina de la misión...

RM: Espero que no escuche mi corazón, está latiendo demasiado fuerte y mis manos están temblando. ¿Qué me pasa? Seguro que es por el susto de antes...

-Gracias... –dijo Wind rompiendo el silencio que se había instalado entre ellos mientras que RM la vendaba.

-No, gracias a ti por salvarnos –dijo él cuando hubo terminado de vendarla. La ayudó a colocarse de nuevo la camiseta y se levantó para marcharse. En ese momento Wind intentó estirar su mano para coger a RM de su camiseta para que no la dejase sola, pero no lo hizo.

W: Maldita sea COMPÓRTATE.

RM: Necesito alejarme de aquí o el corazón se me va a salir del pecho.

-No tardes en venir, los demás se van a preocupar –le dijo él, con la voz un poco temblorosa, mientras se marchaba.

A los pocos segundos ella se levantó y volvió al lugar en el que los chicos se encontraban esperando.

-Bien, todo en orden, voy a buscar algunos troncos para hacer fuego ¿alguien quiere venir? –preguntó Wind.

J-Hope, Suga y Jungkook se levantaron.

-Nosotros –dijeron los tres a la vez.

-De acuerdo, el resto id preparando la comida para cuando volvamos –ordenó Wind.

Los cuatro se adentraron en el bosque y empezaron a buscar ramas y hojas secas.

-Estaréis deseando volver a casa –dijo Wind.

-Sinceramente sí, en cuanto llegue a casa voy a dormir por lo menos tres días seguidos –dijo Suga.

-Tú siempre estás durmiendo –dijo J-Hope un tanto divertido.

-Bueno, es lo que más me gusta –se defendió Suga.

-Pues yo me relajaré bailando y comiendo –dijo J-Hope.

-¿Y tú Jungkook? –le preguntó Suga.

-Yo jugaré al Overwatch –dijo Jungkook mientras se reía.